¿Qué pasa con Michael Anaba?

Cuando Michael Anaba firmó con el Elche CF en el verano de 2013 no podía imaginar lo difícil que le sería poder avanzar en su camino vestido de franjiverde. El ghanés vive atrapado en un limbo deportivo en el que se reparten las obligaciones contractuales y las federativas entre primer equipo y filial. El africano ha pasado de llegar ilusionado ante los consejos que un ilustre ex franjiverde, y buen amigo suyo, como Wakaso Mubarack le daba a pelear por encontrar la luz deportiva al final del túnel.

Anaba llegaba a Elche tras más de un año de seguimiento por parte de la anterior Comisión Deportiva. El futbolista firmaba por una temporada con el filial franjiverde para posteriormente tener contrato con el primer equipo durante tres campañas. El Elche CF veía en el africano un diamante en bruto que triunfaba con la selección sub-20 de Ghana en el Mundial de la categoría de Turquía. Emparejado en la fase de grupo con la España de Saúl Ñíguez, Alcácer, Bernat, Oliver Torres y Deuolofeu acabaría cayendo en semifinales ante Francia por 2-1 para posteriormente lograr el tercer puesto ante Irak (3-0).

Aquel Mundial sub-20 permitió a Michael Anaba salir de Ghana con su Selección para, con el visado de su Federación, poder probar durante tres semanas en España con el Elche CF B Ilicitano. El jugador convenció y gustó pero tuvo que volver a África al expirar su tiempo. Una vez desligado del Asante Kotoko (equipo de procedencia), y tras una apuesta económica importante de la entidad franjiverde ante un jugador de su perfil, el africano se puso a las órdenes de Vicente Mir para disputar durante su primera temporada en Segunda división B un total de veintisiete partidos (veintidós de titular) marcando tres goles.

Tras una buena temporada, y con contrato con el primer equipo hasta junio de 2017, el sueño de Anaba se ha convertido en pesadilla. Perdido ante la falta de fluidez de su castellano, el africano aceptaba, durante el cierre del mercado de fichajes, renunciar a su ficha con el primer equipo para estar inscrito administrativamente con el filial. El club se ahorraba una cantidad de 53.000 euros frente a los 3.000 euros que cuesta dar de alta a un jugador en Segunda división B. A lo que Anaba no ha renunciado es a sus emolumentos, 120.000 euros (salario mínimo interprofesional en Primera división). El club podría haberle rescindido durante el pasado mes de agosto pero la falta de efectivos y el férreo control presupuestario de la LFP lo impidió.

La situación de Anaba es dantesca. El africano renuncia a su ficha de Primera división y, aunque puede alternar el primer equipo y el filial libremente al ser menor de veintitrés años, no entra en los planes de Escribá (el valenciano siempre se refiere a veinte jugadores en plantilla y no veintiuno) a pesar de ejercitarse diariamente con el primer equipo. En el otro lado de la moneda se encuentra Vicente Mir que siempre ha asegurado que sería un placer poder contar con el ghanés pero para ello debe tenerlo a sus órdenes en las sesiones de entrenamiento del Elche CF B Ilicitano.

El futuro de Anaba se viste de dudas. Con contrato por tres temporadas y sin propuesta de rescisión del Elche CF, el jugador busca un club en el que poder jugar. Durante el pasado verano fueron muchas las ofertas que sonaron pero ninguna la que acabó concretándose. El africano entra en los planes de la Selección Olímpica de Ghana que en Río 2016 defenderá los colores del país africano. Puede actuar de lateral derecho pero Escribá no se acuerda de él y experiencia, con un Mundial sub-20 a las espaldas, no le falta. Aún así, el Elche CF paga a un futbolista que su entrenador no utiliza pero que entrena con el primer equipo porque tiene contrato y a pesar de tener ficha del filial, Vicente Mir no puede utilizar. De locos. Veremos si diciembre marca qué sucede con Anaba.