Un Elche de dos caras

Cinco partidos, dos de local y tres de visitante, han servido para demostrar la dureza de esta Segunda División y la dificultad que entraña jugarse los puntos lejos de tu estadio. El Elche CF de Alberto Toril está sintiendo en sus propias carnes la diferencia que conlleva el desplegar la personalidad futbolística en el Martínez Valero y lejos de él. Los franjiverde suman por victoria sus dos duelos en el coliseo ilicitano mezclando buenas sensaciones y puntos para ilusionar a la grada.

Sin embargo, el escenario cambia cuando el equipo tiene que desplazarse. Más allá del jarro de agua fría que significó para el Elche CF su visita al municipal de Montilivi en Girona, los duelos ante CD Mirandés y UCAM Murcia CF han demostrado que en la categoría, aunque sea en Copa del Rey, no hay rival pequeño. Alberto Toril se ha empeñado en instaurar su estilo de juego a un equipo que tiene mimbres para desarrollarlo pero que encuentra obstáculos si la personalidad se tiene que plasmar lejos del Martínez Valero.

En La Condomina, el conjunto franjiverde apostó por un esquema de toque y control, como en anteriores jornadas, pero variando el sistema. El habitual 4-2-3-1 se transformó en un 4-1-4-1. Matilla por delante de la defensa no encontró su sitio, y Dorca y Álex Fernández no se sintieron lo suficientemente cómodos como para imponer su presencia en la zona ancha. El fútbol necesita distintas versiones para sorprender al rival y Toril, al menos, lo intenta. Otra cosa es el resultado final.

Regularidad

La idea de juego de este Elche CF parece innegociable. Tampoco parece que tenga mimbres tras la lesión de ‘Mandi’ que puedan hacer volver a la idea inicial con dos pivotes defensivos, a pesar de la presencia de un ‘Lolo’ que no está gozando de la confianza de Toril. El técnico cordobés deberá escoger en cada momento la pieza que considere oportuna para cada partido pero el Elche CF de dos caras debe empezar a encontrar su zona de confort, tanto como local como a domicilio.