Ridículo tras ridículo

Elche CF | VALLADOLID 2-1 ELCHE

Ridículo tras ridículo

2

Valladolid

1

Elche

Edgar Badía evita una goleada escandalosa en Valladilid, donde el Elche pierde y ahonda en su crisis.

Jorge Llopis,

Que el Elche siga sin ganar no es noticia. Que el propietario Christian Bragarnik siga sin hacer nada, lamentablemente, tampoco es noticia. El equipo franjiverde perdió en Valladolid (2-1) y mantiene su nefasta racha de este curso: trece jornadas, ninguna victoria y 4 puntos en el casillero. El futuro es el abismo, sobre todo si Jorge Almirón continúa en el banquillo. El técnico argentino ha demostrado que no es la solución, lo que la mayoría de prensa, afición y gente coherente en general pensaba cuando fue firmado. Seguirá al frente mientras continúe el delirio de Bragarnik.

El entrenador no es el único problema, seamos realistas. El nivel de la mayoría de jugadores está por debajo del resto de compañeros de otros equipos de Primera División. Las paradas de Edgar Badía, el trabajo de Pere Milla y el ímpetu de Josan es lo único salvable de este Elche. Ni siquiera Lucas Boyé, la gran figura del pasado curso, ofrece algo digno. 

Paradas de Badía

En este contexto, el equipo ilicitano fue una marioneta en manos del Valladolid, que marcó dos y tuvo otros diez disparos a puerta para llevarse una victoria más holgada. Badía, otra vez más, evitó un resultado ridículo. No se había llegado al primer minuto de juego y el portero leridense tuvo que intervenir con una gran parada para evitar el gol de Gonzalo Plata, que incomprensiblemente se había plantado completamente solo ante la portería. La primera de muchas. 

El cambio de sistema de Almirón, pasando a cuatro defensas, no cambió nada. Posiblemente lo empeoró, porque la defensa siguió siendo un coladero. Las llegadas del Valladolid se sucedían mientras que los franjiverdes apenas se asomaban a la portería de Masip. Edgar Badía salvó a los suyos hasta que en el tramo final de la primera mitad, Javi Sánchez remató sólo dentro del área y mandó el balón a donde no podía llegar el portero. Aún tuvo tiempo Badía para evitar el segundo antes del descanso. 

Al igual que en la primera mitad, la acción inicial de la segunda desembocó en otra clara ocasión para los locales. Roque Mesa sí que acertó y aumentó el marcador para su equipo. La defensa del Elche era un despiporre y su entrenador, una persona incapaz de cambiar la dinámica. La entrada de Diego González, tras el descanso, no cambió nada. También entró Josan, un atisbo de esperanza franjiverde en estos momentos tan difíciles.

La fé de Josan no alcanza

Edgar Badía continuó parando, una llegada tras otra, y eso mantuvo vivo al Elche, que ganó en confianza con el gol de Josan, a la hora de partido. Acción rápida con Pere Milla que el crevillentino, en el primer y único disparo de la escuadra ilicitana entre los tres palos, mandó a la red.

Había tiempo, media hora y ante un rival desorientado porque debía ir ganando con más ventaja. Pero el Elche no ofreció nada más, ni siquiera el clásico bombardeo de balones al área. De hecho, las mejores oportunidades del final fueron para los locales. Antes del gol, entraron Raúl Guti y Ezequiel Ponce. Poco que añadir. 

El Elche murió sin crear peligro, como le ha caracterizado en lo que va de temporada. Es una plantilla débil, sin dirección y sometida a las excentricidades de su propietario. No es justo.

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