‘Nino’ de mi vida

Opinión | ELCHE CF

'Nino' celebra su segundo gol ante el Sporting B / Sonia Arcos - Elche CF

‘Nino’ de mi vida

Jerónimo Tormo,

Han pasado veinte años y toda una generación de aficionados del Elche CF sigue coreando el mismo nombre en la grada. Juan Francisco Martínez Modesto, ‘Nino’, es eterno. Tanto como sus goles. El delantero almeriense se convirtió ayer en la punta del iceberg franjiverde. Minuto 93, paso adelante, balón centrado, espacio, cabezazo, gol y éxtasis franjiverde. Lo ha vuelto hacer como aquel 27 de junio de 1999. Aquel día tenía 19 años menos pero su olfato de gol estaba tan afinado como dos décadas después. Su gol al Sporting B demuestra que ‘Nino’ vive en bucle en torno al bien más preciado del fútbol.

Ya no hay palabras para definir a ‘Nino’. Cualquier adjetivo se queda corto para vincular su figura a la del Elche CF porque ‘Nino’ es el Elche CF y el Elche CF es ‘Nino’. Muchos son los que han dado lustre a una franja verde, que luce en el pecho, pero pocos los que serán recordados por la efímera memoria franjiverde. Es un elegido, un privilegiado. Un trabajador del balompié que no se cansa de hacer lo que más le gusta, con dedicación y pasión. Un señor del fútbol que contados clubes pueden presumir de tener.

El almeriense paró ayer el tiempo. Andrés Iniesta ha confesado en más de una entrevista su sensación a la hora de marcar el gol que dio en Sudáfrica a España su primer Mundial de fútbol. “Escuché el silencio antes de marcar”. Algo similar debió vivir ayer ‘Nino’ cuando cabeceó al fondo de las mallas. Una sensación indescriptible que sólo los más grandes son capaces de asimilar semana a semana. ¡‘Nino’ de mi vida! cantó toda una grada emulando el grito de Iniesta. Un pequeño Mundial en plena Segunda B para seguir dependiendo de ti mismo.

Hace un año, las  lágrimas de ‘Nino’ en Cádiz dibujaron un descenso a Segunda División B, un año después su puño en alto apunta a la categoría de plata del fútbol nacional. Por el camino ha quedado una mezcla de sensaciones barajadas entre penas y alegrías. La espinita clavada del fracaso combinada con la ilusión por devolver a la franja verde al fútbol profesional. Poniendo tantos goles como palabras sobre el campo para aquellos que han querido borrarle de la vitrina de ídolos franjiverde. Un imposible porque ‘Nino’ es eterno y no falla. De Melilla a Sporting B, aquel día para encauzar un ascenso a Segunda División, hoy para mantener intacta la ilusión por volver a conseguirlo. ‘Nino’ de mi vida…

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