Que nos descienda el fútbol

Opinión | ELCHE CF

Que nos descienda el fútbol

Jerónimo Tormo,

El día del Cádiz, el día del Oviedo. ¿Qué aficionado de bien del Elche CF no ha escuchado alguna vez la ‘batallita’ de aquellas fechas negras en la historia franjiverde? Gaditanos y ovetenses han dado forma a dos de los capítulos más oscuros de los 94 años de vida de la franja verde. Dos ascensos a Primera División que quedaron abortados por un fútbol cruel y caprichoso que aún lo puede ser más, o no.

La ruleta de la vida siempre da una segunda oportunidad y el Elche CF tiene un clavo ardiendo al que agarrarse. Las cuentas siguen saliendo por muy remotas que sean aunque el equipo no trasmita la confianza que requiere este tipo de situaciones. Soy el primero que sabe que la empresa es harto complicada, más aún cuando la épica empuja a tener que hacer lo que no se ha hecho durante cuarenta partidos en dos, poner el seis de seis en el casillero ilicitano.

Triple salto mortal, con tirabuzón, para pasar por el aro de diminuto diámetro. El más difícil pero no el imposible. Pretender pecar de optimista a estas alturas de la película sería obsceno pero siempre queda la opción de ser realista y ese matiz nos transporta a unas matemáticas que, más allá del sentido común, permiten, cuadrando el círculo y elevando 'el seno al coseno a la enésima potencia', abrir esa mínima rendija de luz al final del túnel.

El Elche CF de Alberto Toril es el peor enemigo del Elche CF de Vicente Parras. El final de temporada de absoluto ridículo en el que se han sumido los franjiverde sólo puede verse maquillado por esquivar ese peldaño que aún puede hundirte más. El pesimismo ya ha descendido al Elche CF, que ahora sea el fútbol el que lo haga, hasta entonces la carta de defunción sigue estando sobre la mesa pendiente de fechar la hora de la muerte.

Cádiz u Oviedo, quizás uno de esos días sea el que remasterice aquel fatídico día de hace 36 y 45 años, o quizás signifique el resurgir de la historia cíclica en la que vive sumido el Elche CF, rodeado de ascensos, descensos y precipicios hacia la desaparición. Mientras llega el día, pensemos que el fútbol nos debe una y puede que sea esta temporada, y si ya nos devuelve las dos… Si hay que soñar despierto, se sueña, que para eso están las gestas. Que la ilusión que nos han quitado los manirrotos dirigentes no nos la quiten los futbolistas. Como diría Marcelo Bielsa, “para milagros, necesitamos tiempo”. Y como dice la voz de mi conciencia, “tiempo siempre hay”.

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