Toril no da más leche

La vaca ha dejado de dar leche. El símil que Rubén Baraja empleó el pasado curso, a falta de dos jornadas para acabar la temporada, se ha adelantado esta campaña once partidos. El Elche CF se pierde en el bucle de planitud en el que vive Alberto Toril que, más allá de no encontrar soluciones sobre el terreno de juego, tiene un repertorio cargado de excusas para justificar una teoría que no es capaz de resolver desde la práctica.

El sello del técnico cordobés agota, tanto como para que la afición del Martínez Valero haya dado ya su reprimenda en forma de silbido. La campana ha sonado por primera vez para un técnico que prefiere señalar la limitación de su futbolista, presupuestos y salarios, o caminos sinuosos de mala o buena fortuna. El Elche CF de Toril cae por su propio peso. En veintinueve partidos, el entrenador ha hecho del pequeño detalle el hilo musical de una temporada en la que las excusas aburren, cansan y molestan.

No porque no puedan ser válidas, sino porque se han convertido en un discurso calcado semana tras semana y la paciencia, ante los lloros y las lamentaciones, tiene un límite. El cordobés sólo es capaz de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Todo está mal pero la culpa siempre es de los demás. Y lo que es peor, la realidad señala que Toril no está preparado ni sin mimbres, ni con ellos a tenor del mercado invernal, para llevar el timón de la nave. Los pedía y se los trajeron. Resultado, la misma inoperancia e incapacidad para dar un paso al frente que no sólo debe asumir el jugador.

De donde no hay no se puede sacar y esta vaca, ahora llamada Alberto Toril, no da más leche. Si el entrenador no está capacitado para llevar las riendas de un proyecto de bajo presupuesto (algo que sabía cuando firmó) es preferible el relevo. El cordobés no ha virado ni un sólo grado el rumbo del barco desde que la Liga empezara. Quedan trece partidos y el equipo deambula por la mediocridad de la clasificación, cada día acercándose más a lo peligroso... a tiempo se está de decidir qué se quiere para este Elche CF. Ilusión, tedio o sufrimiento. Para tomar esa decisión priman ambición y exigencia. ¿Existen en la planta noble del Martínez Valero?