Elche CF | OPINIÓN

Acierto y paciencia
Verano de 2022. Vuelta a empezar. El Elche CF se enfrenta a meses de alto voltaje con el objetivo de sobrevivir en un mercado de fichajes que tiene una clara y única misión en la planta noble del Martínez Valero. Christian Bragarnik tiene que demostrar de nuevo sus dotes malabares para construir una plantilla que, como si de un déjà vu se tratara, tendrá como objetivo de la temporada la permanencia en Primera División. El club franjiverde va a ser uno de los protagonistas de la primera ventana de refuerzos de la temporada, en la puerta giratoria del estadio. La entidad franjiverde debe reforzarse con la llegada de jugadores que den un salto de calidad al plantel ilicitano, pero también puede verse debilitada con la salida de piezas que han sido clave en la última, y también la anterior, consecución de la permanencia en la élite del fútbol nacional.
El éxito en el mundo del fútbol no está garantizado. Depender de que un balón entre cada fin de semana es un tirabuzón de fortuna que ningún equipo puede predecir cuando arranca una temporada. Tampoco aquello de que cuanto más entreno más suerte tengo, ni cuanto más dinero gasto más opciones de conseguir el objetivo tengo. El Elche CF seguirá siendo en su tercera temporada consecutiva en Primera División un modesto en la élite. Una deliciosa cabeza de ratón que dará tantas alegrías como sufrimiento durante los diez meses de curso que se tendrá que pelear la salvación. Más aún tras los ascensos de UD Almería y Real Valladolid. Andaluces y castellano leoneses son de los peores rivales para competir en un mercado de fichajes en donde el dinero marca la diferencia entre ponerte la franjiverde, la rojiblanca, la blanquivioleta o cualquier otro color que pinta el mundo del fútbol.
Junio, julio y agosto marcarán el trabajo de nueve meses de pico y pala visionando videos y trillando para separar la paja del grano. Tres meses en donde se debe construir un equipo en el que se mantenga una base aderezada por calidad y experiencia. Acertar en los fichajes será tan importante como saber esperar la oportunidad del mercado. Quién, qué, cuándo, dónde y por qué dan el salto para vestirse de corto y ser el decálogo de un Christian Bragarnik que, tampoco nos olvidemos, tendrá dinero para acometer la llegada de futbolistas con sello primer divisionista. Ahora bien, el dinero no se pone en cualquier casilla y los movimientos realizados durante las últimas temporadas deben ser el puente que conduzca a las operaciones que sustenten la columna vertebral de un equipo que ya está edificado sobre sólidos cimientos pero ahora merece quedar enlucido, alicatado y embellecido con retoques de alto standing, acordes a la categoría en la que se compite.
El Elche CF tiene por delante un verano tan importante como determinante para seguir siendo el equipo que es. Un grupo aguerrido y no exento de calidad. Un conjunto que sin su garra pierde identidad. Un bloque que de la mano de Francisco ha sabido combinar buen fútbol con otro menos vistoso pero tan práctico como necesario para llevarse el gato al agua. Seguir dibujando en línea recta marcará la distancia más corta hacia la nueva permanencia 2022/2023. Un verano en el que la competencia será mayor y la necesidad de agudizar el ingenio será el matiz que pueda desequilibrar la balanza hacia un costado u otro. Un verano que promete emociones fuertes y en donde el Elche CF tendrá que saber afinar la puntería para no quedarse a medias. ¿No me dirán que no hay ganas de ver cómo se maneja en esta agua un tiburón como Christian Bragarnik