Elche CF | ANÁLISIS
Almirón y ciento ochenta minutos
El entrenador argentino no sabe si su cargo está en el aire si no es capaz de convencer ante Real Valladolid y Girona FC con resultados. El argentino señala que durante el parón por el Mundial hay tiempo para trabajar y mejorar
El fútbol son resultados. Nadie escapa a su justicia. Son lo más objetivo que existe y marcan el camino hacia el éxito o el fracaso. Las sensaciones dan vida a corto plazo pero los resultados dictan sentencia. Jorge Almirón no es ajeno a ellos. Ni siquiera el voto de confianza que Christian Bragarnik pidió para su representado es eterno si no se ganan partidos. El entrenador ha conjugado en cuatro jornadas de competición la peor mezcla posible. Mucha impotencia y ninguna victoria. Una combinación que hace que su cargo tenga fecha de caducidad. No se trata de ningún ultimátum, se trata de sentido común. Si se busca un revulsivo y los resultados siguen siendo los mismos, la suerte está echada. Nada es más categórico e irrefutable sobre el terreno de juego.
El futuro de Jorge Almirón pende de un hilo, siempre y cuando Christian Bragarnik sea consecuente con su mensaje. El propietario franjiverde quiere “lo mejor para el Elche CF”. No ganar no es lo mejor, y menos aún transmitir una sensación de incapacidad para dirigir un partido o voltearlo cuando el resultado es desfavorable. El argentino debe predicar con el ejemplo y marcharse al parón por el Mundial de Qatar 2022 con el casillero vacío de puntos ante Real Valladolid y Girona FC debe ser, por imperativo empresarial, no cumplir los objetivos y por ende tener que prescindir del técnico sudamericano. Todo lo que no fuera una destitución hablaría muy mal de la capacidad del EDT gestor. Un traspié que sumar a una temporada en donde la planificación ha quedado hecha trizas porque la pelota ha decidido no entrar.
Bragarnik tiene dos caminos si su brindis al sol no surte el efecto deseado. Enquistarte en su cabezonería y seguir insistiendo en una apuesta que nacía muerta o dar un giro de ciento ochenta grados para revitalizar la situación de un equipo que con el cambio de entrenador no ha reaccionado. La primera opción sería antipopular pero Bragarnik ha demostrado que la opinión del entorno no le preocupa a la hora de tomar decisiones, la segunda opción supondría un duro varapalo para un ‘hombre de fútbol’ que no sólo no se quitaría la espina clavada de no haber podido ver triunfar a Almirón en el Martinez Valero, sino que repetiría guión. Un dado en el centro de la diana del ego del abogado que, tras pedir un voto de confianza para ‘El Negro’ debería tragarse sus palabras, ni tan siquiera un mes después de haber movido ficha.
Centrado
Jorge Almirón no piensa en el largo plazo. Al menos, el entrenador argentino no entra a valorar si su cargo puede estar en juego, si en los dos próximos partidos, el Elche CF no es capaz de darle la vuelta a la situación. “No lo sé, yo no puedo saberlo. Preparo el partido de mañana. No tomo decisiones pero lo que sí estoy convencido es que el equipo ha mejorado y va a seguir mejorando”. El técnico, eso sí, apela al parón por el Mundial de Qatar 2022 como punto de inflexión en el trabajo. “Después, quedarán veinticuatro partidos. Son muchos. Será mucho mejor todo, pero sería importante hacerlo bien ante Real Valladolid y Girona FC. Los jugadores piden a gritos el parón para poder prepararlo todo mucho mejor. Desde el punto de vista físico también lo necesitamos”.