Bragarnik, de puño y letra

Elche CF | ANÁLISIS

Christian Bragarnik, durante su estancia en Elche, asiste a un entrenamiento / Luismi Mora (COPE Elche 100.8 FM)

Bragarnik, de puño y letra

El propietario del Elche CF asegura que el Club no podrá gastar en el mercado invernal más del 20% del coste de la actual plantilla para poder reforzarse y pelear con mayores garantías por el objetivo de la permanencia en Primera División

Jerónimo Tormo,

Christian Bragarnik lo ha vuelto a hacer. El propietario del Elche CF ha tenido que asomar de nuevo la cabeza para calmar los ánimos calientes que ha generado su errática gestión durante la temporada 2022/2023. Desde Argentina, sin la posibilidad de preguntarle, como hace un mes, pero con la convicción de que está haciendo más bien que mal con su hoja de ruta. Una película que se repite y en donde cada aficionado tiene el mismo derecho de creer o no al argentino. Bragarnik pidió hace veintisiete días un voto de confianza hacia Jorge Almirón, pero también hacia su propia figura, apelando a una estrategia que ahora vuelve a repetirse.

Habrá quien vea en la carta del dueño un alarde de humildad y cercanía con su masa social, pero también habrá quien lea palabras vacías en donde se vuelven a apagar fuegos con opio para el pueblo. Las actitudes paternalistas y superiores no siempre se aceptan. No dudo de su buena voluntad pero no siempre con buena voluntad es suficiente cuando está en juego algo tan importante como el futuro del Elche CF y el futuro de miles de sentimientos de aficionados franjiverde. Un mensaje, cuando se emite, debe parecer creíble y la mejor forma de perder fuerza es utilizar palabras que suenan a eco o enviar el mensaje que se quiere escuchar para contentar.

Sentimiento de franjiverdismo

La afición del Elche CF quiere victorias, no quiere cartas. Ganando todo se olvida, perdiendo todo se recuerda. Las cartas se envían cuando hay algo que decir. Bragarnik ya pidió perdón cuando cesó a Francisco y presentó a Almirón. Qué menos. Es el responsable de la gestión. Nadie le obliga a hacerlo pero como tampoco nadie le obligó a comprometerse a pagar en plazos el porcentaje de acciones que José Sepulcre le vendió a él y a sus compañeros de viaje. Sólo entiendo el poner bajo lupa el lugar de nacimiento o la veteranía en la grada del Martínez Valero como un síntoma de debilidad, y eso me preocupa porque nadie puede ser más fuerte que él.

Y eso que Bragarnik se autodefine como fuerte. “Más que nunca”. Quien está más fuerte que nunca no tiene que justificar la decisión de fichar a un entrenador en lugar de otro. Sobre su nefasta visión de futuro con el técnico argentino no pide perdón por no atender al sentir de su aficionado, ese al que se dirige. El mensaje del propietario se teje bajo una amalgama de conceptos que el entorno ha enjuiciado durante estos meses de pretemporada, pero en ningún momento el argentino asume de manera directa cualquiera de ellos. Sólo los aglutina. Entonces, ¿perdón, por qué? ¿Cuál es el error? ¿Uno de los que se achacan o todos? ¿Quizás ninguno?

¿Cuál ha sido el error para que la opinión de la afición, o gran parte de ella, sobre EDT haya virado 180 grados? ¿No haber armado el calendario, como dijo hace un mes? Yo sólo leo sacar pecho de lo bueno pero no explicar lo malo. Repasen la carta y díganme en qué se ha equivocado Bragarnik y por qué pide perdón. “Muchas de mis decisiones han sido erróneas”. Sí, pero ¿cuáles? Batiburrillo y patada adelante. Un gestor no puede apelar a las emociones que genera el fútbol para lavar su imagen pública. Un gestor pide perdón corrigiendo sus errores y la mejor forma de hacerlo es con hechos, no con palabras. Tiempo por delante hay para, incluso descendiendo, comprobar si su perdón merece creerle o no.

Gasto en enero

Pero más allá del papel, me quedo con una conclusión. Una vez barrido todo el tufillo a populismo propio de quien apela a los sentimientos para justificar los malos tragos que te da el fútbol. Quien piense que el mercado de invierno será la solución del Elche CF que se olvide. Bragarnik no va a poner más dinero del que quiere, y puede. Según él, un 20% del total del montante económico gastado en verano en la plantilla. La clave de la carta. Un aviso por escrito de quien dice reconocer errores, pero no va a poder reconducirlos porque es víctima de lo que ya hizo en el pasado. En definitiva, pido perdón por hacer lo que me da la gana, pero voy a seguir haciendo lo que me da la gana.

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