Christian Bragarnik 2020

Elche CF | ANÁLISIS

Christian Bragarnik 2020

El dueño del Elche CF cumple un año al frente de la entidad franjiverde. El argentino ha tenido como gran movimiento, bajo su propiedad, la no renovación de ‘Pacheta’ y la llegada de Almirón a un Elche CF de Primera División

Jerónimo Tormo,

Christian Bragarnik se hace mayor en el Elche CF. El propietario de la entidad del Martínez Valero ha cumplido hoy un año al frente del Elche CF. Doce meses en los que la figura del argentino ha estado rodeada por el trabajo silencioso. El ‘dueño de la pelota’ llegó hace doce meses y besó el santo. Se encontró un ascenso a Primera División con un entrenador como ‘Pacheta’ que no renovó, y que si las prisas hubieran sido otras igual podría ni haberlo logrado porque Jorge Almirón calentaba en la banda esperando en la recamara. Además, un año después, la parcela económica no es la misma. El trabajo realizado en los últimos años y los pagos cumplidos, bien sea con aportaciones de José Sepulcre (propias o prestadas con posterior hipoteca), han permitido, junto con la venta de jugadores, cumplir con Hacienda.

Tampoco es que el primer año de Bragarnik en Elche haya sido un camino de rosas con alfombra roja incluida pero seguro que quien quisiera comprar un club de fútbol nunca soñaría con un escenario tan propicio como el que ha experimentado la entidad franjiverde. Quizás donde más ha fallado la propiedad, y que corresponde únicamente a él, ha sido en el aspecto social. Haber tardado casi un año para dirigirse a sus aficionados con una entrevista enlatada, que más que entrevista ha sido un publirreportaje, no parece la mejor tarjeta de visita ante tus seguidores. Afortunadamente, siempre hay tiempo para rectificar y enmendar errores. Puede que 2021 sea el año en el que explique su proyecto, mucho más consolidado con el ascenso a Primera División.

Aciertos y errores

El viaje de Bragarnik ha tenido varias paradas. Aciertos y errores que, como toda persona, el argentino ha tenido que digerir o disfrutar. Su nombre empezó a sonar pasando de amigo a inversor, dando muestras de que su cartera de jugadores tarde o temprano estaría presente en el Martínez Valero con la llegada de Danilo Ortiz. José Sepulcre negó, como siempre ha negado por defecto o por costumbre, que el representante de futbolistas pudiera ser una alternativa a adquirir el paquete accionarial de Tenama Inversiones SL. El tiempo pone a cada uno en su sitio y la tarde del 3 de diciembre de 2019 rubricó un acuerdo a cumplir en varios plazos por el que un montante de alrededor de 20.000.000 de euros ponía acento argentino a la historia del Elche CF.

Con la sartén cogida por el mango, y una pandemia de por medio, el nuevo dueño tuvo que dirigir el día a día franjiverde confinado desde Argentina. Operaciones como la de Óscar Gil, entendibles desde el punto de vista deportivo y que con el posterior intento de rehacer lo que mal se hizo, han significado uno de sus primeros borrones como dueño franjiverde. Más tarde llegaría el momento de presumir de riñón económico con una aportación económica para ampliar el límite salarial en enero que se correspondió con el montante de traspaso de Gonzalo Villar y yacine Qasmi. El equipo salía debilitado deportivamente pero el espíritu franjiverde volvería a dar una lección de superación, a pesar de las bajas. Llegarían Jonathas de Jesús y Víctor Rodríguez, dos nombres que devolvían la ilusión a una afición dudosa ante la figura del sudamericano.

Ascenso

El ascenso a Primera División, mate en mano en la instantánea de Girona, vale su peso en oro. Sonrisa liberadora, grito al cielo. El Elche CF de Bragarnik ascendía contra todo pronóstico como Cenicienta del playoff, ante tres trasatlánticos hechos por y para subir el peldaño de categoría. Un ascenso que vale doble por la situación límite que el club tuvo que vivir con el ‘Caso Fuenlabrada’ y que demostró cuál es el ADN franjiverde. Sin embargo, dicen que la alegría dura poco en la casa del pobre. El adiós de ‘Pacheta’ ha sido, quizás, su movimiento de mayor envergadura en su año al frente del accionariado ilicitano. Más aún en las formas que en el contenido, sabiendo el técnico burgalés, incluso antes de la disputa del playoff, que no seguiría en el banquillo, hiciera lo que hiciera.

A rey muerto, rey puesto. Jorge Almirón se hacía en agosto con las riendas del Elche CF. El argentino sumará mañana, un día después de hacerlo su valedor un año en el Martínez Valero, cien días como técnico franjiverde. Casualidades del destino. Antes, Juan Cruz abandonaba el proyecto franjiverde, por un montante inferior al de su cláusula de rescisión, para que la deuda con la Agencia Tributaria siquiera menguando. El buen inicio de temporada, desahogado y superándose en mitad de tabla, del conjunto franjiverde ha permitido enmendar errores y coleccionar aciertos. Jugadores como Iván Marcone, de su propiedad, Guido Carrillo, Lucas Boyé, Diego ‘El Ruso’ Rodríguez, Juan Sánchez Miño, Emiliano Rigoni o Guido Carrillo lucen, como dueño y entrenador, la bandera albiceleste entre palmeras. También Jorge ‘Coqui’ Raffo, el encargado de generar una cantera que vuelva a reverdecer éxitos de antaño.

Control absoluto

El 2020, con un mes de partida en 2019, ha dado para mucho en Elche, Elche CF y Martínez Valero en clave franjiverde. Quizás insuficiente para hacer balance de lo que ha sido el trabajo de doce meses de Christian Bragarnik porque haya que valorar más lo que será su segundo año que un primero en el que ha heredado tanto lo bueno como lo malo. El argentino ya ha dejado detalles de lo que quiere y ha demostrado que no le tiembla el pulso a la hora de tomar decisiones. Si él paga, él manda; y más con el 99% del club en su bolsillo. Joaquín Buitrago es el que mejor lo ha explicado. “Se conoce desde el desconchado y la gotera del estadio hasta a qué jugador le duele la rodilla”. Para eso es el dueño. Sólo el tiempo dirá hasta cuándo porque, a día de hoy, no existen bolas de cristal para adivinar el futuro, a pesar de los rumores de tardanza a la hora de cumplir con los pagos a Sepulcre. Pero eso, como que hable o no a su afición, son manías de periodistas porque al seguidor lo que le interesa es que la pelota entre todos los fines de semana entre los tres palos.

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