Elche CF | OPINIÓN
De San Sebastián a Sebastián Beccacece
San Sebastián es pasado, Sebastián Beccacece es presente... y futuro. Machín cerró la puerta al salir. El soriano no convenció y su forma de entender el fútbol no generó la confianza y feedback que Bragarnik desea para dar forma a un proyecto ganador que pelee la próxima temporada por recuperar el lugar perdido, cuando las matemáticas lo confirmen, en Primera División.
San Sebastián ha traído a Sebastián. Beccacece ha adelantado su llegada al Martínez Valero, o no. El argentino es el ojo derecho de Bragarnik. El propietario ya quiso ficharle en octubre pero tuvo que recular tras tropezar en la misma piedra de no conocer, otra vez, la normativa. Ahora, seis meses después, los astros se han alineado para que la UEFA le dé lo que en su día le quitó cuando ya rozaba.
Ver a Beccacece en el Martínez Valero no sorprende. Tener al argentino vestido de franjiverde era tan cuestión de tiempo como el que necesita la fruta para madurar y ser recogida del árbol. Bragarnik debe haber valorado si el nuevo entrenador ha llegado en el momento óptimo, para ser parte de la mejor cosecha, o ha caído de las ramas por el peso inexorable de la gravedad.
El fichaje de Beccacece no puede ser una decisión por imperativo de quién manda en una empresa. Imponer no suele ser el mejor camino hacia el éxito, y menos aún imponer un interés personal ante un interés grupal. Bragarnik debe haberlo estudiado, más allá de que su movimiento no surge de la casualidad. Es la causalidad de quién no confía en alguien y lleva dándole vueltas a lo que no pudo.
Habrá quien crea que la llegada de Beccacece merecía esperar a la próxima temporada para no quemar el proyecto 2023/2024. Doce partidos son muchos, quizás demasiados, partidos. Todo un mundo para un equipo que funciona en depresión deportiva, pero también habrá quien piense que los dos próximos meses de competición pueden venirle muy bien al argentino para adaptarse.
No creo que el fútbol de Primera División sea comparable al de Segunda División, como tampoco que la actual plantilla vaya a asemejarse a la de la próxima. Beccacece aprenderá pero sus conocimientos tendrá que aplicarlos a un mundo totalmente distinto al que va a vivir en esta docena de partidos al frente del banquillo del Elche CF. Mejor eso que vivirlo desde la distancia, pensará alguno.
Bragarnik ha decidido ser previsor. El entorno siempre ha cuestionado al propietario su falta de adelantarse a la jugada. Ahora lo ha hecho y cuestionarle sería ilógico, más allá de que cada decisión merece una postura acorde a la situación. Quemar al entrenador o confiar en él. Sólo el fútbol y el tiempo dirán a quién beneficia la apuesta del propietario al Club, a su representado o al representante.
La salida de Machín y la llegada de Beccacece es una mezcla de ingredientes en donde hay uno principal e inexorable. Bragarnik no confiaba en el soriano y ante eso es mejor hacer borrón y cuenta nueva para empezar de cero, porque el fútbol no es el pasado de San Sebastián, es el presente de Sebastián Beccacece. Sólo acierta y falla quien decide. Ojalá Bragarnik acierte para cimentar el futuro.