Doctor Jekyll y míster Hyde

Elche CF | OPINIÓN

Doctor Jekyll y míster Hyde

Jerónimo Tormo,

El Elche CF de ‘Pacheta’ ha terminado la temporada. Guste más o menos está afirmación, el césped no engaña y, salvo situaciones especiales marcadas por momentos de los partidos, este equipo ha cumplido con su obligación y nada más se le puede exigir. El fútbol está cargado de tópicos en los que es difícil creer y el de ‘competiremos hasta el final’, por muy poca experiencia que tengas en este mundillo, tienes claro que rara vez se cumple cuando el telón de fondo del curso se ha echado y la obra ha finalizado con, o sin, final feliz.

Es tan entendible como frustrante pero nadie va a inventar el deporte y la condición humana. Tan paradójico como real, y al mismo tiempo, incuestionable. Tarragona es la extensión de Almería, con la salvedad del rotundo triunfo que entrelaza dos bajadas de brazos consecutivas a domicilio con cincuenta puntos en el casillero. Si en Juegos Mediterráneos el Elche CF jugó a ser doctor Jeckyll y míster Hyde, en el Nou Estadi la bipolaridad de un equipo con los deberes hechos fue aún mayor.

Tampoco nos vamos a rasgar las vestiduras. Este Elche CF es tan mortal y humano como hasta el propio Real Madrid CF (por poner un ejemplo tan distante, y al mismo tiempo tan cercano) que en esta recta final de campaña se ha diluido sobre el terreno de juego sin la posibilidad de tocar pelo. Yo lo entiendo y, aunque me de rabia, hay que asumir y asimilar. Todos habríamos firmado un final de temporada descafeinado como el de este año. Quién nos lo iba a decir, allá por el mes de agosto, que íbamos a enfadarnos porque el Elche CF se dejaba empatar 3-3 en cinco minutos en Tarragona, tras ponerse 0-3, y que encima la permanencia la teníamos tan asegurada como la continuidad de ‘Pacheta’ en el banquillo. Así es el fútbol de caprichoso.

La única espina clavada debe de ser no caer en la complacencia porque igual que el aficionado asume la condición humana del futbolista, puede no entender el mensaje bidireccional del jugador. Mejor no asegurar lo que después sobre el césped no se cumple. O vamos o no vamos, pero prometer por tópico del fútbol mejor no. A veces se agradece la naturalidad de los mensajes en un deporte tan artificial como el del balompié. Porque el verde, como antes insistía, no engaña y a ese, por mucho que adornes el mensaje detrás de un micrófono, no le vas a dar la vuelta a la hora de la verdad.

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