Elche CF | OPINIÓN
Don ‘paralotodo’
Edgar Badía es el jugador revelación de Primera División. El catalán se ha convertido, por méritos propios, en uno de los porteros más cotizados del fútbol nacional gracias a una regularidad que a todo franjiverde no sorprende. Decir que el franjiverde es una de las sorpresas agradables de la temporada 2020/2021 es una realidad para todos aquellos que han descubierto al guardameta en el foco mediático, pero somos muchos los que llevamos temporadas y partidos agradeciendo al bueno de Edgar Badía que sea el guardián del arco ilicitano y sabiendo que su temporada es de confirmación.
El cancerbero franjiverde se ha ganado el apodo de ‘El Santo’, en recuerdo de un tal Iker Casillas que con sus actuaciones dio, entre otros títulos, un Mundial a España. Edgar Badía merece un apodo propio. Se lo ha ganado y ya saben aquello de que las comparaciones son odiosas. Hombre, cuando a uno lo comparan con uno de los mejores en su puesto igual gusta más pero la historia de Edgar Badía merece un título nobiliario en propiedad para degustarlo como mandan los cánones, sentando cátedra para estirarlo en el tiempo. El catalán no es una moda futbolística y, más allá de que ahora suene por estar en la élite, su valor va más allá de cada domingo.
Ser portero en el fútbol es otro mundo. Eterno vigilado y limitado a las medidas que restringen su zona de éxito o de fracaso. Protegido por 5’5 metros de ancho y 7’32 metros de largo, juzgado por cómo resguarde 2’44 metros de alto y 7,32 metros de largo, en los que la fortuna mide 12 centímetros por partida triple. Un superviviente del fútbol que cada temporada debe saber adaptarse más y mejor a perder su única ventaja sobre el rival. Jugar menos con las manos y más con los pies se ha convertido en una obligación de la que Edgar Badía saca el máximo provecho. Admiro su soledad y su concentración, el deber estar a todo y en todo sin margen de error.
El fútbol necesita dominar las áreas. Portero y delantero son las posiciones en las que el dinero es indiscutible invertirlo si se quieren conseguir los objetivos marcados a principio de temporada. El Elche CF tiene en Edgar Badía su mejor aval para saber que, al menos un área, la tiene asegurada a todo riesgo. Uno no se convierte de la noche a la mañana en el guardameta que más para de Primera División, sin olvidar que la temporada pasada lo fue de la Segunda División. Edgar Badía es la confirmación de la revelación. Un tipo sencillo y humilde que pone como carta de presentación su trabajo.
Futbolistas como el catalán tienen que ser cuidados porque, aunque su compromiso es indiscutible, quién no quiere mejorar y crecer, ponerse a prueba para subir peldaños en su pasión. Me consta que Edgar Badía ha tenido ofertas tocando a su puerta en todos y cada uno de los momentos de las temporadas en las que ha vestido y viste de franjiverde. Las últimas, en enero. Respuesta, fidelidad a unos colores que le han dado parte de su título de ‘paralotodo’. Esto es el fútbol, quid pro quo. Ojala sigamos viendo a Don Edgar Badía vistiendo su clásica camiseta fucsia muchas temporadas. Será señal de bienestar en el Martínez Valero.