El guante de Gumbau

Gerard Gumbau está tocado por una varita mágica. La pierna izquierda del centrocampista es una oda al fútbol que puede disfrutar durante esta temporada el equipo franjiverde. El catalán se ha convertido en una pieza clave a la hora de ejecutar las acciones a balón parado del conjunto ilicitano y, de sus botas, han nacido cuatro de los dieciocho goles que suma el Elche CF en su casillero (22'2%).

El tanto logrado el pasado sábado por Lucas Boyé en Son Moix repite la fotografía del conseguido hace cinco meses en Vallecas. Gumbau marca con seguridad la jugada, sirve preciso con la pierna izquierda y el delantero argentino anota. La única diferencia, en Madrid fue con la cabeza y en tierras baleares fue con la pierna derecha. Era el 0-1 del encuentro. Serviría para adelantar a los franjiverdes que acabaron perdiendo 2-1 ante el Rayo Vallecano.

Cuatro asistencias de gol

La acción se ha repetido en dos ocasiones más con el mismo resultado. Precisamente, ante el RCD Mallorca en la primera vuelta, el catalán cumplía religiosamente su ritual para poner en la cabeza de Ponce el 1-0 de un partido que acabaría con empate a uno; mientras que ante el RCD Espanyol el agraciado con el gol sería Gonzalo Verdú con la pierna derecha para anotar el empate a dos goles definitivo en el luminoso.

Los goles de estrategia han dado al Elche CF esta temporada cinco de los doce puntos que se acumulan en el marcador. Prácticamente es la mitad de la cifra que se atesora, pobre y baja pero importante si tenemos en cuenta las dificultades que está teniendo está campaña el equipo ilicitano para poder sumar de tres en tres, para intentar maquillar su nefasto curso en Primera División.

Todos los entrenadores 

Gumbau se ha convertido en la extensión del entrenador sobre el césped. Los cuatro goles franjiverdes se han conseguido en dueños dirigidos por Francisco, Gallego, Almirón y Machín. Algo tendrá el agua cuando la bendicen. El catalán se ha convertido en una pieza fundamental para el juego franjiverde, pero también para explotar el laboratorio y la pizarra de sus entrenadores.