El playoff, cuesta arriba

El Elche necesita ganar al Oviedo y que el Fuenlabrada pierda en Riazor para meterse en el playoff. Los franjiverdes sucumbieron en el Fernando Torres por cuatro minutos malos que le hacen depender de terceros para pelear por el ascenso. El gol de la UD Las Palmas en el descuento ante el Rayo le da una vida extra al Elche. 

Pacheta buscó mantener la posesión como la mejor arma para contener el ímpetu del Fuenlabrada. Y lo cierto es que en la primera mitad funcionó. Aunque sin presencia en ataque, los franjiverdes tuvieron controlado el juego y apenas sufrieron en defensa. El empata valía y no era necesario desgastarse en busca del área contraria. Quizá a Pacheta le sorprendió el inicio pausado de su rival. 

Al Elche volvió a faltarle lo que le ha estado fallando en esta etapa post-confinamiento, presencia en el área rival. Un alto porcentaje de posesión no se traduce en ocasiones. El problema de los últimos diez partidos focalizado en el día más importante del curso. 

Pese a la inoperancia ofensiva, hay que recordar que en este escenario el Elche se encontraba cómodo y el resultado entraba en los planes. 

Cuatro minutos horribles

Con lo que no contaba Pacheta era con los regalos del inicio de la reanudación. En la primera acción de peligro de la segunda mitad, Gonzalo Verdú despejó de forma defectuosa y dejó el balón en bandeja para el delantero rival. Edgar Badía paró la primera, pero no pudo hacer nada en el disparo a bocajarro de Jeisonn. 

Sin tiempo para digerir el primer golpe, llegó el segundo. Otro regalo de los franjiverdes. Incomprensiblemente, Jonathas despejaba el balón dentro del área con la mano. El brasileño protestó un empujón que el colegiado no consideró. El ex franjiverde Hugo Fraile hizo el segundo y ponía el playoff muy cuesta arriba para el Elche.

Pacheta buscó la solución en Escriche y el equipo ilicitano ganó presencia en el área local, pero más por la urgencia que por juego. Víctor Rodríguez obligó a intervenir a Femenías en varias ocasiones. Seguía faltando verticalidad en los metros finales.

Si llegas más al área rival, pueden pasar cosas. Eso pensó Juan Cruz cuando vio a Glauder despejar con la mano un centro de Josan. Una pena máxima tan absurda como la de Jonathas. Fue precisamente el brasileño el encargado de asumir la responsabilidad y de meter al Elche en el partido. Antes de la acción, Jeisonn tuvo en sus botas el tercero y la sentencia. Cosas de fútbol.

El final fue alocado, con un Elche que atacaba con más corazón que cabeza.  No hubo opción para el empate y a la contra, José Rodríguez sentenció con el 3-1 definitivo.