El qué y el cómo

Elche CF | CONTRACRÓNICA

El qué y el cómo

Jerónimo Tormo,

Cinco meses y medio. Una vuelta de competición. Toda una vida, si hablamos de fútbol, pero no hay mal que cien años dure. A la vigésima ha ido la vencida y el Elche CF se ha quitado el luto que le ha arrastrado hasta el último vagón de la clasificación durante esta temporada. El equipo franjiverde ha ganado por fin y el valor de su victoria no se cimenta sólo en haber conseguido tres puntos, sino en la forma en la que los ha logrado y los méritos (y también los deméritos) que ha coleccionado durante un partido.

No es el qué, es el cómo. Sufriendo y agarrándose a un partido en el que ha tenido que luchar contra un rival de gran calidad, que vive en zona europea, y contra sí mismo, inmerso en una dinámica paupérrima que afecta, no sólo a lo deportivo sino también a lo anímico. Un triunfo que es una lección de vida. Tres puntos que pueden ser sólo tres puntos, o tres puntos que pueden ser el clavo ardiendo al que aferrarse para pensar que este equipo puede dar mucho más de lo que ha dado hasta el momento durante el curso.

La primera victoria es la más difícil de conseguir, más aún cuando se convive con la depresión, pero un camino de un kilómetro empieza con un paso de medio metro. El Elche CF ha demostrado que, aunque a veces querer no siempre es poder, cuantas más veces se insiste en ese querer más veces se puede acercar a ese poder. Ahora es el momento de darle continuidad, sabedores que si tanto ha costado es porque es difícil y no se puede pasar de cero a cien en noventa minutos. Las lágrimas del jugador lo demuestran.

La fórmula ya se conoce. No es mágica y mucho menos se puede aplicar cada fin de semana, pero ganar, y la forma en la que se ha conseguido; debe servir como inyección de moral para entender que siempre hay luz al final del túnel. Alcanzarla o no dependerá del esfuerzo de cada cual. Hoy la afición puede estar orgullosa de la franja verde. Hoy la afición, por fin, puede disfrutar del premio de ganar gracias al esfuerzo de su equipo. La primera alegría, y esperemos que no la última, de esta aciaga y decepcionante campaña.

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