Elche CF | ANÁLISIS
Francisco revive al Elche
El entrenador almeriense apuesta por la presión alta para robar y jugar en campo contrario. Los franjiverde lucen en el debut liguero del andaluz en el banquillo y acumulan dos victorias consecutivas, contando la de Copa del Rey en Leioa
Francisco ha llegado y ha besado el santo. El entrenador almeriense ha revolucionado en apenas noventa minutos la imagen de un equipo que, si bien empezó a dar señales de vida en Pamplona (paréntesis al margen de Leioa), parecía muerto de la mano de Fran Escribá. La imagen competitiva que los franjiverde han mostrado durante la práctica totalidad de la temporada se quedaba huérfana de bagaje ofensivo. El andaluz ha imprimido su ímpetu a un equipo que fundamentó su victoria ante el Cádiz CF en la presión alta y jugar en campo contrario. Los ilicitanos se multiplicaron sobre el terreno de juego para transmitir una imagen muy diferente a la de las últimas jornadas en donde los partidos transcurrían entre la apatía y la falta de mordiente.
El nuevo entrenador franjiverde repitió el domingo, por primera vez, la alineación titular que en Pamplona empezó a entrever brotes verdes en el juego ilicitano. La mano del andaluz se limita a cuatro sesiones de entrenamiento, dos de recuperación, y el partido disputado en Leioa de Copa del Rey pero hay varios conceptos que no pasan desapercibidos desde el punto de vista táctico. Bien sea por el rival, bien sea por la motivación extra que supone el relevo en el banquillo, el plan del almeriense salió a pedir de boca, incluso cuando los franjiverde perdieron la posesión de la pelota en donde se supo sufrir ante un Cádiz CF que demuestra sus limitaciones cuando tiene que llevar la iniciativa del juego.
Francisco apostó por mantener el 4-4-2 de Escribá pero con un modelo de juego diferente al del valenciano. La presión en campo contrario incomodó a un Cádiz CF que se vio asediado por la intensidad inicial de los franjiverde. Los ilicitanos no escatimaron en morder en cada balón perdido, haciendo gala de un esfuerzo físico que para su técnico es innegociable. Dicen que un equipo es el reflejo de su entrenador y el domingo, la intensidad de los jugadores tuvo su espejo en el banquillo. No sólo Francisco, las instrucciones de Jaime Ramos (segundo entrenador) y José Manuel Rodríguez Ortega (asistente técnico y analista) fueron constantes desde el banquillo, intercambiando roles y momentos del partido.
Fallos en defensa
El andaluz mantuvo el doble pivote de contención formado por Omar Mascarell e Iván Marcone. El equipo gana en equilibrio en la medular, aunque pierde salida de balón. La solución fueron unas bandas en las que Fidel y ‘Tete’ Morente se convirtieron en los canalizadores del juego ofensivo ilicitano. Una situación que no pasa desapercibida para Francisco que apuntó en su libreta la necesidad de mejorar con balón y en fase ofensiva. También limitar los fallos defensivos. Los ilicitanos concedieron más de lo necesario, fruto de ello fue la pena máxima señalada en contra en donde, primero no se tapa el disparo y segundo, Enzo Roco poco puede hacer más que llegar tarde tras el mal despeje de Edgar Badía. Situaciones que el tiempo mejorará.