Ganar, perder; aprender

Elche CF | OPINIÓN

Ganar, perder; aprender

Jerónimo Tormo,

Un equipo puede perder cualquier partido pero no puede perderlo de cualquier forma. La derrota en Orriols ha dejado en el entorno franjiverde un halo de duda y un ambiente enrarecido por la forma, más que por el contenido, en la que el Elche CF hincó la rodilla ante el colista de Primera División. La plantilla ilicitana se había encargado durante la semana de inyectar en vena un mensaje, a hambre no se nos puede ganar. El conjunto de Francisco fue víctima de sus propios errores y, más allá de que lo único que importa en un partido es cuántos goles eres capaz de marcar y cuántos goles eres capaz de evitar, su dominio durante los primeros cuarenta y cinco minutos no tuvo premio. El fútbol es un juego de errores y si lo cometes en la élite es suficiente para irte de vacío. Más allá de esta obligatoria autocrítica, yo no vi en el Ciutat de Valencia un despropósito abismal y apocalíptico. 

Vi un equipo que quiso pero que ni supo ni pudo. Un entrenador que apostó por una alineación valiente pero que esta vez no encontró la solución con sus cambios. Vi un equipo que con balón fue tan superior con él como ineficaz sin él. Un equipo que tiene que entender que a veces se gana, a veces se pierde pero siempre se debe aprender. No hay mal que por bien no venga. Muchas veces no hay mayor ciego que el que no quiere ver. El Elche CF de 2022 es uno de los mejores equipos de la categoría, pero no por codearte con los conjuntos que más puntos han sumado en este inicio de año deportivo todo lo que haces lo haces bien. Existe el deber de no olvidar todo lo bueno que se ha hecho durante enero y febrero pero también la obligación de saber que esto va de ganar cada siete días. Que el fútbol no tiene memoria y que en el palo y zanahoria que todo equipo debe recibir tras el fin de semana liguero está la virtud y el defecto. 

El Elche CF ha acumulado varias jornadas mostrando señales de impotencia, pero perder en el Pizjuán y ganar sobre la bocina al Rayo Vallecano han hecho que las ramas impidan ver el bosque. Escenario y desenlace han sido maquillaje para un momento en el que, como también ante el Deportivo Alavés, sigue habiendo errores individuales que un conjunto de Primera División no se puede permitir. La relajación está prohibida, pero cuando se gana se minimiza y aquí no ha pasado nada (más allá del visionado del video post partido en el que ganando se corrige mejor). Ahora más que nunca, tras poner los pies en el suelo y bajar de la nube, es el momento de demostrar que todo lo hecho no es una casualidad. Que todo es la causalidad del trabajo, aunque un toque de atención siempre venga bien para reciclar conceptos y mejorar. Dar un paso atrás no implica retroceso. 

Muchas veces es el mejor impulso para seguir afrontando el camino que queda por delante. Es el momento de que las palabras dejen paso a los hechos y que el ADN del que tanto se ha presumido salga a relucir como escudo ante las adversidades. Si alguien pensaba que el último tercio de competición liguera iba a ser sencillo, por el mero hecho de tener una ventaja con el descenso, que equivocado está. Nadie regala nada y menos aún cuando se empieza a verle las orejas al lobo y no hay nada que perder y sí mucho que ganar. El Elche CF debe tener claro el concepto. El colista dio el viernes una bofetada de realidad a quien se cree que la permanencia está hecha. Cuantitativamente quedan muchos, quizás demasiados a tenor de lo esperado, pasos por dar; pero cualitativamente, si te duermes y te despistas sin la concentración que requiere un duelo de máximo nivel e intensidad, el camino es mucho mayor. 

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