Elche CF | OPINIÓN
Hoy por ti, mañana por mí
Nunca he creído en las conspiraciones, menos aún en las arbitrales. Siempre me han parecido grotescas. Opio para el pueblo. Una forma de desviar la atención en un mundo pensado para señalar lo ajeno antes que lo propio y tapar las vergüenzas que dependen de un mismo, y sí se pueden solucionar, recurriendo al histrionismo y a la pérdida de credibilidad que genera la excusa. El problema llega cuando la gota acaba desbordando el vaso del mismo modo que erosiona la roca. El Elche CF está soportando demasiado agua en su tejado y no parece que haya alguien que pueda achicarla fin de semana tras fin de semana o tenga las espaldas lo suficientemente cubiertas como para soportar los golpes.
Los árbitros son malos. No es su actitud, es su aptitud. La justicia que se está aplicando contra el equipo franjiverde es el mejor ejemplo. No se trata de medir la circunferencia de un balón para en décimas de segundo decidir si ha entrado o no. Sería injusto pedirle al ojo humano que acierte lo que la tecnología es incapaz de resolver sin margen de duda. No. Se trata de ser consecuentes y tener criterio. De tener la misma vara de medir en cada acción que a final de temporada pueda significar la diferencia entre el éxito y el fracaso. A veces es cuestión de segundos; otras, de centímetros. Podrás acertar o fallar pero nunca sembrar la duda porque peor que una mentira es una media verdad.
El Elche CF tiene motivos para quejarse porque no se ha tenido criterio arbitral con el equipo franjiverde durante la primera vuelta de la temporada. Sentirte inferior al resto, o no poder competir en igualdad de condiciones, es la peor injusticia que se puede vivir. Las decisiones han sido tan caprichosas con los ilicitanos como la forma de determinar en un sentido o en otro. Ni tan siquiera durante un partido la determinación en jugadas similares se ha cortado con el mismo patrón y eso es más preocupante que ver cómo te señalan un penalti injusto en el tiempo añadido para perder los tres puntos. La afición del Elche CF grita y exige igualdad. Estamos acostumbrados a las migajas deportivas como para pensar en pedir.
Sólo se pretende que no se le quite a la franja verde lo que se trabaja sobre el terreno de juego. El empacho arbitral ya cansa. Mientras el Elche CF medita, baraja y piensa para acabar decidiendo que es estéril y no merece la pena quejarse formalmente ante los malos arbitrajes que sufre, los malos arbitrajes se siguen sucediendo con el mismo resultado desfavorable para el equipo franjiverde. El primer paso hacia el cambio es no hacer lo mismo. Igual he llegado el momento de dejar de meditar, barajar y pensar para hacer. El que no llora no mama y si te sientes maltratado tienes que alzar la voz para tapar el sonido del hilo musical que está dejando durante este tramo de curso tantas dudas en torno a la figura de los árbitros. No se puede vivir con miedo a represalias.
Y quizás, dentro de otra vuelta liguera, la balanza se haya equilibrado y los errores arbitrales cometidos contra el Elche CF se verán compensados por los errores arbitrales con los que el Elche CF maquilló las deficiencias arbitrales. No hay frase más sucia que lo que hoy te dan por lo que mañana te quitan. Si la forma de limpiar la imagen del estamento arbitral es que en lugar de equivocarse contigo se equivoquen con el rival, el camino se convierte en un callejón sin salida. El fútbol se ha convertido en un bucle sin criterio en donde el ‘hoy por ti, mañana por mí’ ha dejado sin valores expresiones que han perdido todo lo que significaban. Y aunque me cueste, insisto, no creo en conspiraciones.