Jony Álamo se merece seguir creciendo
Nada es imposible en el fútbol. El Elche CF se agarró al lema el pasado sábado en el Camp Nou para regalarse una inyección de moral y confianza en la semana previa al debut liguero contra la Real Sociedad. Todo aquel que pensaba que el conjunto franjiverde saldría goleado de territorio culé tuvo que hacer de tripas corazón y asimilar que, a veces, David es más fuerte que Goliat. Y con esto nadie olvida que puestos a ver el vaso medio lleno o medio vacío es tan cierto que el conjunto franjiverde podría haber salido con un saco, si no es por la escandalosa actuación de Edgar Badía, como que el empate a uno, y tener que decidir el Joan Gamper desde los once metros ante un rival menospreciado desde que se conoció su nombre como aspirante al trofeo, habría sido un justo premio a la supervivencia franjiverde en territorio hostil.
Pasar por el dentista es lo que tiene, ración extra de trabajo que se debe multiplicar por grande dosis de suerte. El Elche CF abrió los ojos a Primera División en el Camp Nou. Sólo ‘Nino’ y Fidel habían pisado suelo azulgrana. El resto, nueve osados franjiverde que, sin miedo al riesgo, decidieron plantarle cara a Messi y compañía. Una forma de entender el partido de la que se puedan extraer muchas conclusiones. Evidente es el seguro bajo palos que tiene la portería franjiverde. El acierto de Edgar Badía no es cuestión de un partido, su curriculum le avala lo cual tranquiliza y esperanza de cara a un futuro en el que el portero seguro que dará muchos puntos al equipo. Pero el nombre del catalán no es el único que se debe tener en cuenta.
Muchos señalan los detalles de calidad de un ‘Tete’ Morente que supo elegir las contadas ocasiones en las que decidió percutir por la banda derecha. Yo también me quedo con la pausa de Fidel, la entrega de Josan, el trabajo oscuro de Nuke, el esfuerzo de Pere Milla y el saber estar de ‘Nino’. Sería fácil señalar como los malos de la película a los tres centrales pero si alguien se atreve a hacerlo que se plante en el Camp Nou y aguante el tipo como lo hicieron Gonzalo Verdú, Dani Calvo y Josema Sánchez, que dentro de sus limitaciones ante la élite futbolística consiguieron que la gran mayoría de acciones del partido se decantara en el individualismo ante que en el juego colectivo.
Me he dejado un nombre para el final. Lo sé, y eso que es el motivo de mi reflexión. Jony Álamo. Merece la pena ensalzarlo y darle un poco de azúcar. Sobre todo porque se hace mayor. El cartagenero hace lo que se vio contra el FC Barcelona en el Camp Nou con la misma osadía y el mismo desparpajo que lo ejecuta contra UCAM Murcia CF en Pinatar Arena y eso hay que aplaudirlo. El cartagenero se ha ganado con derecho propio el seguir creciendo en el Elche CF y, aunque ahora la competencia con Raúl Guti le puede relegar a una reducción de minutos, tener al ex del Real Zaragoza debe ser la excusa perfecta para seguir aprendiendo y apretar más, si cabe, los dientes porque Jony lo vale. Aún así, toda esta cascada de halagos no debe hacer que las ramas impidan ver el bosque. Lo que pasa en el Camp Nou se queda en el Camp Nou, tanto para bien como para mal. No se puede, ni se deben, sacar conclusiones por un marcador pero eso sí, qué bonito es ver a la franja verde disfrutar y disputar en el Camp Nou.