La factura del teléfono

Elche CF | OPINIÓN

Christian Bragarnik disfruta del Mundial en Qatar con sus allegados / Instagram Agui Bragarnik

La factura del teléfono

Jerónimo Tormo,

Las cosas de palacio van despacio. Christian Bragarnik no tiene prisa. La novedad sería que la tuviera. La situación deportiva del Elche CF ha puesto de acuerdo a todas los protagonistas que habitan en el Martínez Valero. Cuanto antes lleguen los refuerzos del mercado de invierno, mejor. Pero una cosa es tener voz y otra, bien diferente en este sistema feudal y accionarial que dirige el propietario argentino, es tener voto. EDT disfruta de Qatar 2022. No es para menos. Su Argentina está en el umbral de una final mundialista y toda ilusión es poca para un pueblo que, en ocasiones, traspasa la línea entre la razón y la pasión cuando se trata de un balón de fútbol. Bragarnik no es menos. El propietario se ha quitado el traje y la corbata para vestirse con la elástica albiceleste y rodearse de todos los amigos y familiares posibles con los que vivir en primera persona una cita que, por el momento, está siendo histórica para su país.

El proceder de EDT levanta opiniones de todo tipo. Existen aquellos que consideran que el propietario franjiverde debería de estar al pie del cañón en un momento crucial para el futuro a corto, medio y largo plazo del Elche CF; pero también se puede señalar un sentir bien distinto y radicalmente opuesto. Para dirigir un club de fútbol, que a final de cuentas es una empresa, no es necesario estar presente si se delega en aquellos en los que confías. No nos engañemos. Delegar, lo que se dice delegar, no es precisamente un verbo que conjugue Bragarnik. El argentino decide hasta el precio de las tuercas de los tornillos, o eso dicen en el Martínez Valero. Esa regla de tres no me hace ser muy optimista con lo de fichar a ciegas, o a más de siete mil kilómetros de distancia, cuando uno se desplaza hacia el este, o a más de diez mil, cuando uno se marcha hacia el oeste.

Teorías al margen, cuando uno es el propietario de una empresa tiene que dar ejemplo y como la mujer del César; no sólo debe serlo, sino también parecerlo. No quiero creer que Bragarnik se haya desentendido de la gestión del Elche CF por haber cambiado durante estos días, que ya son semanas, y en breve será un mes, la franjiverde por la albiceleste; pero día que pasa, día que me causa mayor sorpresa la forma en la que el dueño total obra. Si yo fuera futbolista franjiverde me tendría con la mosca tras la oreja ver a Bragarnik vivir al margen de la realidad de Elche y del Elche CF. Un ejemplo. Que el Club no haya anunciado oficialmente las rescisiones de contrato de Fede Fernández y Pastore ya no es cuestión de firmar un acuerdo verbal, es algo que apunta más a la dejadez del “ya lo haremos”, mientras el ‘Flaco’ sube fotografías de su trabajo diario, y también nocturno, en Doha; siendo oficialmente aún jugador franjiverde. 

Otro ejemplo. Que toda la plana mayor, aquellos que tienen la misma voz, pero un poco más de voto que los mortales que se han quedado en el Martínez Valero; hayan hecho un paréntesis en sus quehaceres franjiverdes durante estos días, también dice mucho. Entiendo, y comparto, que el ‘clan Bragarnik’ viva, porque quiere y porque puede, el sentimiento futbolístico de su país desde el epicentro, pero me cuesta entender que haya que pasearlo por las redes sociales, con un inusitado postureo, cuando miles de aficionados franjiverde viven entre incógnitas de lo que puede pasar la próxima temporada con los cien años de historia de su Elche CF. La factura telefónica debe de estar cargada de ceros para que Bragarnik hable con Mantecón, y por ende con Machín, pero tanto como la que deben de estar generando Pedro Schinocca (ya en Elche, previo paso por la Asamblea de LaLiga en Dubai) y Nicole Bragarnik, habituales a la hora de asumir el poder ante la ausencia de EDT, para regir el día a día a distancia con cada responsable de área.

Crucemos los dedos y confiemos. Demos el beneficio de la duda. Pensemos que este mundo global, esta aldea de Mc Luhan, permite gestionar Elche desde Doha o desde Buenos Aires porque las distancias ya no son distancias. Sepamos que hay prioridades. Que las idas y venidas de Bragarnik son por el interés personal de no querer cubrir el tiempo fiscal que le haga tributar en España. Pero no olvidemos que toda piedra hace pared y que cada decisión tiene una consecuencia. Que nada cambia por tomarla desde el despacho del Martínez Valero o desde la grada del Lusail Stadium, Stadium 974 o Ahmad Bin Ali Stadium en donde ha jugado, hasta ahora, la albiceleste; pero que sí sembrará una semilla en el recuerdo y el sentimiento de cada seguidor, si no sale bien a final de temporada. Porque la pasión con la que Bragarnik vive su Argentina en Doha es directamente proporcional a la pasión con la que un aficionado franjiverde vive a su Elche CF en Elche.

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