Pizzaro Gómez roba la victoria al Elche

El Elche jugó contra doce en el Martínez Valero, bajo la intensa lluvia que obligó a retrasar el partido media hora. El árbitro, Pizzaro Gómez, no quiso que el Elche sumara los tres puntos ante el Mallorca. El árbitro pitó dos penaltis a favor de los visitantes, el primero discutible y el segundo, ridículo; y expulsó a Lucas Boyé con roja directa. El equipo franjiverde, dirigido por Alberto Gallego, no aportó una excesiva mejoría con respecto a partidos anteriores, si bien tenía el partido controlado pese a la actuación arbitral y a jugar con un hombre menos. Pizarro Gómez, en el minuto 70 de juego, se erigió en protagonista para robar dos puntos a los locales y regalarle uno al Mallorca, que durante todo el partido apenas inquietó la portería de Badía.

Gallego mantuvo el esquema de Francisco, con tres hombres en la medular, Gumbau, Mascarell y Guti, y dos referencias ofensivas. Boyé no estaba preparado para salir de inicio y jugaron Ponce y Roger. La entrada de Josan fue la principal novedad en el once.

El show de Pizarro Gómez empezó pronto. A los ocho minutos fue al VAR a revisar una acción de Clerc dentro del área. Penaltito de esos que solo pitan en contra del Elche y dos más. El lateral apenas pisa ligeramente al rival. Y esto viene de la pasada temporada, cuando el equipo de la franja verde fue el más maltratado por el colectivo arbitral (la permanencia lo dejó en el olvido). Afortunadamente, el Elche tiene una estrella en la portería. Edgar Badía adivinó la intención de Muriqui y atajó la pena máxima.

Gol de Ponce

Justicia poética, en la primera aproximación de los franjiverdes, Ezequiel Ponce abrió el marcador. Se adelantó a su marcador tras un córner lanzado por Gumbau y puso por delante a los suyos. Tercer gol del Elche en ocho partidos. Tres de ocho. Cómo va a costar salir de abajo...

El partido no tuvo prácticamente nada hasta la expulsión de Boyé, en el minuto 56. Un minuto después de saltar al césped, el argentino se pasó de frenada en la entrada a Valjent y el VAR, otra vez, avisó al árbitro. La tarjeta amarilla se convirtió en roja. ¿Se acuerdan de los codazos de Kessié en el Camp Nou? Para eso no había vídeo arbitraje. Tampoco para la dura entrada de Grenier sobre Guti o la agresión de Ángel. El Mallorca debió acabar el partido con ocho hombres. 

Un penalti ridículo 

Esta decisión empujó al Elche hacia su portería y empujó a los visitantes. Pese a la inferioridad numérica, el partido estaba controlado porque el Mallorca no era capaz de crear peligro sobre la portería de Badía. Ante la incapacidad, llegó la ayuda extra. Balón dentro del área y Badía choca con un jugador rival, cuando el balón ya había sido despejada. Una acción muy habitual en un campo de fútbol que cualquier árbitro mínimamente competente deja pasar. Pero Pizzaro Gómez es malo, muy malo; y señaló penalti. No entró el VAR porque hay contacto y el regalo para el Mallorca estaba servido. Ahora sí, el atacante bermellón ajustó el disparo a la red, imposible para Badía. 

Entraron Perer Milla y Domingos Quina para refrescar al equipo. Previamente, antes del empate, también habían entrado Pol Lirola y Marcau. La expulsión de Muriqui, por un manotazo sobre Milla, permitió al Elche afrontar los últimos minutos con más tranquilidad. Incluso tuvo opciones de llevarse la victoria. Roger apenas participó (lo sorprendente es que sea titular y juegue los noventa minutos), pero se quedó a escasos centímetros de rematar a gol un centro de Lirola. Pere Milla cabeceó fuera y el la última acción, Gonzalo Verdú, de falta directa, mandó su disparo a la barrera.

El Elche sigue hundido en la tabla, con dos puntos y un futuro muy incierto. El robo de Pizzaro Gómez no esconde la necesidad de que llegue el entrenador y la mala gestión de Bragarnin al respecto.