Planificar y adelantar

Hay formas y formas de perder pero la derrota nunca permite sonreír. Algunas da pie a reciclar y separar lo positivo de lo negativo, pero otras te hunden en la depresión deportiva. El Elche CF ha cosechado tantas durante esta temporada que puede escribir un manual de cómo el fracaso puede, y no debe, afectar al rendimiento. El último tropiezo ante el RCD Espanyol deja otra lectura más de lo que está siendo esta aciaga campaña. No es la primera vez que la sensación inunda el Martínez Valero tras un partido. Con lo que se tiene, al equipo no le da para ganar.

Habrá quien piense que es menos preocupante hacer méritos para ganar y no conseguirlo, que no hacer méritos para ganar y no conseguirlo. La sensación puede que maquille o afee más o menos el resultado final pero sería de hacerse trampas jugando al solitario no entender que, en la situación límite y sin margen de error que vive sobre el alambre el Elche CF todos los caminos conducen a Roma. Cero puntos, colista, sólo una victoria en lo que llevamos de curso y cada vez Segunda División se asoma más de forma matemática.

Llegados a este punto, es aquí donde debe imperar el sentido común y el espíritu práctico del buen gestor en el mundo del fútbol. Quizás no sea la forma de proceder habitual, cuando hablamos en clave franjiverde, pero pocas alternativas hay. Bragarnik debe empezar a planificar la próxima temporada. Ya sé que decirlo, y más aún pedirlo, es ir contra la natureza del propietario pero es que quizás es ahora cuando el dueño debe hacer borrón y cuenta nueva y entender que para obtener un resultado distinto hay que hacer las cosas de manera diferente.

El modus operandi de EDT gira en torno a madurar el mercado para encontrar las piezas que den forma al puzzle en su recta final. Cuando eres un equipo de perfil bajo de Primera División, la ley de la oferta y demanda te limita y te condiciona, pero cuando vas a ser uno equipo poderoso en Segunda División desde el punto de vista económico, y sobre el papel deportivo, tienes que aplicar tu ley y pasar el rodillo ante los competidores. Tienes una ventaja deportiva dentro de la desventaja anímica que supone descender virtualmente a meses vista. Aprovecharla puede significar reciclar un año basura.