¡¿Playoff… qué?!
Ocho jornadas, doce puntos, sexto clasificado. Tan ilusionante como anecdótico. El Elche CF está haciendo las cosas bien en un tramo de competición en el que ha pasado de la decepción a la euforia en menos de dos meses. El fútbol es así. Un estado de ánimo en el que los resultados marcan el camino de doble sentido que te puede llevar a la felicidad o a la tristeza. No está prohibido ilusionarse, si crear falsas expectativas que conduzcan a la equivocación.
‘Pacheta’ lo sabe y eso me tranquiliza porque significa que su grupo de jugadores también. Que un mínimo porcentaje del entorno franjiverde carezca del sentido común que procesa el entrenador burgalés es casual porque, esos mismos que hoy hablan de playoff, sin entender que sólo se han jugado ocho partidos y que este deporte da muchas vueltas, serán los que entierren al equipo cuando se desinfle, haciéndole víctima de su propio forofismo.
“No voy a quitarle la ilusión a nadie, pero no me voy a meter en un charco del que no pueda salir”. ‘Pacheta’ habla claro. ¿Suena rácano? No, suena realista y sensato. Lo que es y lo que debe de ser. El burgalés sabe mejor que nadie lo que tiene entre manos. Tanto como para, aunque abra la caja de Pandora hablando de la resistencia de la máquina para después restar importancia, avisar de que esto no es como se empieza, sino cómo se acaba.
El arranque liguero ha ayudado a barrer las dudas que dejó el debut ante el CF Fuenlabrada. ¿Recuerdan aquel partido? Parecía que el equipo ya estaba descendido. Sin embargo, ocho jornadas después, tocamos el cielo. Ni es la primera, ni me parece que a este paso vaya a ser la última vez que diré aquello de equilibrio, y el que quiere, y sepa y pueda, que lo entienda. Que la maquina y el fútbol serán los que marquen el funcionamiento de la ilusión.
Cotizará al alza y a la baja porque el fútbol fluctúa según los resultados. Se jugará mal y se ganará, se jugará bien y se perderá; nada importará. Pero es ahí donde el mensaje de ‘Pacheta’, “el camino”, adquiere su importancia. El fin justifica los medios, sí; pero a veces los medios se anteponen al fin porque la parte es tan importante como el todo. La línea es tan ascendente y positiva como efímera, más cuando los objetivos se consiguen en las últimas diez jornadas de temporada y, de momento, ni hemos llegado a las diez primeras.