Que la fuerza te acompañe, Alberto

Elche CF | OPINIÓN

Que la fuerza te acompañe, Alberto

Jerónimo Tormo,

Alberto Gallego se ha convertido en el clavo ardiendo de una ilusión. El catalán es la solución, a modo de improvisación, a la mala planificación que Christian Bragarnik ha trazado para su Elche CF durante esta temporada. El argentino ha empezado a estar cuestionado porque el fútbol es tan caprichoso como traicionero. Igual que no tiene memoria para entrenadores y futbolistas, tampoco la tiene para los dirigentes que, igual un día son bautizados como El Dueño Total (EDT) como otro se caen de la nube en la que viven para topar de morros contra el suelo. El césped no engaña, es la prueba del algodón de un deporte que sólo entiende de sentimientos y rara vez se conforma con el pasado cuando el futuro se construye desde el presente.

La teoría de Alberto Gallego es deliciosa. Una oda a la motivación y un reflejo de la ilusión que tiene el entrenador. Su mensaje merece la entrega y el esfuerzo de la plantilla del Elche CF. También el apoyo de la afición, siempre necesaria, ante un partido que no es una final pero si requiere afrontarse con actitud. El catalán ha demostrado en una semana que no merece el calificativo de parche. Me consta que el nivel de satisfacción de la plantilla del primer equipo, tanto futbolistas como entrenadores, es notable. La confianza depositada en él ha sido devuelta con trabajo, mucho trabajo. Rara ha sido la vez, durante esta última semana, en la que una guardia periodística en el Martínez Valero no estaba acompañada por el coche de Gallego.

Pero el fútbol no entiende de sueños e ilusiones. Tampoco de trabajo. Sólo se ciñe a resultados, más aún cuando un Club ha dejado de pertenecer a su afición y se ha convertido en el refugio de un propietario. Bragarnik siempre ha apelado a un slogan. “Quiero lo mejor para el Elche CF”. El movimiento se demuestra andando y haber dejado pasar una semana en blanco sin sustituto para Francisco, más allá del papel de Alberto Gallego, no es querer lo mejor para el Elche CF. Habrá quien opine que la partida de póker que juega Bragarnik puede desembocar en invertir tiempo para conseguir el mejor entrenador posible, pero es indudable que, lloviendo sobre mojado, también hay quien ha convertido la inversión en pérdida de tiempo.

La forma de funcionar de Bragarnik ha quedado en evidencia. Son sus maneras y costumbres y hay que aceptarlas. Se podrán respetar pero no compartir. Esperar al último segundo del último minuto de la última hora no siempre es rentable. Quizás sí para el bolsillo, pero quizás no tanto para lograr la permanencia en Primera División. Lo barato sale caro. Que haya funcionado en otras ocasiones no significa que se haya descubierto la fórmula de la Coca Cola para seguirla a pies juntillas cada temporada. Todo eso, unido a decisiones en donde la mentira ha asomado entre las palabras, o la falta de tacto con la historia del Elche CF en un año de Centenario, ha hecho que a EDT se le empiecen a ver las costuras entre la masa social franjiverde.

Y es normal porque igual que el roce hace el cariño también del amor al odio hay un paso. Uno puede engañar una vez a quien quiere pero la segunda ocasión en la que lo haga sólo engaña a quien puede. Escribá llegó como escudo a una nefasta planificación en donde Almirón fue la punta del iceberg de no renovar a ‘Pacheta’. Primera metedura de pata. Francisco fue la cortina de humo a no darle a Escribá los mimbres adecuados para jugar a lo que el valenciano quería y no a lo que quería el propietario. Segunda metedura de pata. Ahora, Gallego es el puente hacia quien sabe si la tercera, con perdón, cagada de un propietario que no tiene en cuenta las peticiones de sus entrenadores en los mercados de fichajes.

Hoy deseo que Gallego vea como, los que han sido durante esta semana sus futbolistas, reflejan sobre el césped del Martínez Valero todo lo trabajado en el verde del Diego Quiles. Creo que se lo ha currado pero esto, insisto, no va de trabajar, va de ganar. Podría desearle suerte pero sería injusto caer en esa arbitrariedad cuando lo importante no es la buena o la mala fortuna, en ocasiones necesaria, sino la aptitud y la actitud de aquellos de los que dependes. Siempre he pensado que un entrenador es bueno o malo. Que con mejores futbolistas será mejor pero seguirá siendo igual de malo. Que la fuerza te acompañe, Alberto. Ojalá seas el tercer parche, aunque sea momentáneo, a la mala planificación de Bragarnik.

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