Elche CF | OPINIÓN
San Bragarnik
Hoy es San Bragarnik. Ese día del año en el que Christian se viste con sus mejores galas para hacer de ‘Duelo de la Pelota’. El argentino tiene por delante horas calientes en las que se mueve sigiloso y de manera astuta. Sacar de aquí para meter allí, meter aquí para sacar de allí. El orden de los factores no altera el producto. La noche del cierre del mercado de fichajes es para el propietario franjiverde la mañana del día de Reyes Magos que cualquier niño aguarda sin poder dormir esperando su regalo. A Bragarnik le ponen este tipo de días. Estoy convencido. Lo imagino a dos manos con teléfono, sin dejar de mirar la pantalla del ordenador y si es posible con un fijo con altavoz puesto mientras repasa el folio en el que anota cada movimiento regateando hasta el último céntimo de cada euro. Es un arte en el que el argentino se maneja a la perfección. Pone sus reglas y maneja la partida.
Esta temporada lo puede hacer desde la tranquilidad de que la clasificación no aprieta el nudo de la corbata en la garganta y el dinero se ha multiplicado en un año en las arcas del Martínez Valero. Cierto es que sólo sabemos las que le han salido bien, que luego no tienen porque reflejarse en rendimiento sobre el césped. Las operaciones que se han quedado en el limbo nunca se podrán valor. Diremos aquello de que el propietario dirige con puño de hierro cuando igual es que es humano y también pierde alguna que otra partida pero hoy es su día. El momento en el que despacha a destajo en busca de la oportunidad. Veremos con qué nos sorprende hoy Bragarnik en el día de su santo. Igual se queda como está y la sorpresa es que no hay sorpresa pero tratándose del afamado agente de jugadores, las últimas horas invitan al negocio.
Christian Bragarnik se maneja como pez en el agua en un mercado de fichajes. El argentino es de ideas fijas, lo cual es un arma de doble filo. Te puedes quedar sin lo que quieres o te llevas lo que quieres como tú quieres. De momento, al dueño franjiverde le está saliendo bien su apuesta de pase y regate. Cierto es que el tiempo le ha hecho aprender y adaptarse al mercado europeo y que las operaciones que han salido mal y han quedado en el limbo no las conocemos. El mejor ejemplo es Lucas Olaza. Es el método Bragarnik… Quiero al jugador pero lo quiero como yo lo quiero, no cómo tu quieres que yo lo quiera. Y así, con este trabalenguas, mucha paciencia y firmeza, Lucas Olaza llega al Martínez Valero. Algunos dirán que el Elche CF ha sido duro, otros que el Real Valladolid ha sido blando. Quizás en el término medio esté la respuesta pero quien nos e ha movido de su pretensión ha sido la entidad franjiverde.
Es una virtud que, insisto y que no suene a reproche, está separada del defecto por una delgada línea fácil de traspasar pero cada uno se maneja como quiere y como puede en su casa y Bragarnik lo tiene claro. Ahora el Elche tiene horas por delante de mercado y una ficha libre lo cual hace pensar que con el carácter indomable y hambriento del dueño de la pelota el mercado va a seguir teniendo influjos franjiverde, al menos hasta que eche la persiana. Yo no doy por cerrada la plantilla y estoy convencido de que alguna sorpresa, esas que tanto gustan y en las que el dueño se siente en lo más alto de la pirámide, acabará concretándose. Parece que es su modus operandi, su ADN y su forma de funcionar en los rincones del fútbol y sus negocios, pero ya saben, y no metan presión, siempre como yo lo quiero, no como tú quieres que yo lo quiera. Por algo es el jefe.