Tú, tu principal enemigo

El que algo quiere, algo le cuesta y, aunque querer no siempre es poder, lo más importante para conseguirlo es no dejar de creer. El Elche CF tiene dos tercios de competición liguera por delante para creer, querer y poder. Un camino por recorrer que, aunque muchos pensaran esta temporada que iba a ser más liviano que el del pasado curso, demuestra que el fútbol no da tregua y menos aún la posibilidad de confiarte. El transcurrir de la campaña ha dejado muchas anotaciones pendientes de resolver en el juego del equipo franjiverde. Además, el halo de mejor plantilla de la historia se ha convertido en un runrún, este sí que más que innecesario, que lo único que consigue es cargar de presión y desvirtuar la realidad. Una cosa es ser ambicioso y otra, bien diferente, iluso. Tener mejores jugadores no te garantiza ser mejor. Puede que te acerque pero el trayecto entre querer serlo y serlo tiene muchos baches que sortear para conseguirlo. 

No quiero restar ambición, menos aún ilusión, pero sí sumar sensatez. El objetivo es el que es. No hay otro. Por mucho que se desee pelear por cotas más altas que la permanencia, el fútbol enseña y demuestra que quien quiere dar dos pasos, tropieza y se cae. La matemática del fútbol es tan clara como a veces difícil de aceptar porque muchas veces se rige más por el corazón que por la cabeza. Antes de marcar el segundo gol tienes que anotar el primero. No hace falta decir que para abrir la lata hay que correr mucho. El planteamiento no es tan difícil si se tienen los pies en el suelo y, aunque suene a perogrullo, son muchos los que levitan sin saber qué es el Elche CF y qué es Primera División para un equipo como el franjiverde. La competición lo está demostrando con golpes de realidad cada fin de semana. 

Trece partidos, trece momentos. Algunos han cotizado al alza, otros han hundido en la pobreza deportiva. Muchos argumentos que se soñaban han quedado diluidos con el paso de los minutos de los partidos. La posibilidad de que igual no hay tanto como se creía hace que la búsqueda de culpables suela ser el camino más corto hacia la negación de la realidad. Así se resume el fútbol de los sentimientos. Ese deporte paralelo al de los responsables de que el balón entre en la portería, tan diferente como muchas veces antagónico. El Elche CF es, a día de hoy, el principal enemigo deportivo del Elche CF. Pero no sólo el equipo, también su entorno. El primero, porque necesita soluciones deportivas a los problemas que arrastra sobre el verde, innegables; el segundo, porque debe entender las virtudes y defectos de sus jugadores y su cuerpo técnico para saber qué se puede conseguir. 

Encontrar la solución a los problemas allana el camino hacia aliviar las penas que los ilicitanos arrastran durante las últimas jornadas. Ahí es donde Escribá tiene trabajo por delante. Las piezas del puzle no encajan como antes y la labor del entrenador pasa por recomponer una idea de juego que necesita reciclarse para que el equipo se reenganche a la victoria. Los franjiverde tienen una serie de puntos fuerte que se han ido debilitando con el paso de las jornadas, desde lo individual a lo grupal. Pero no hay que olvidar también el papel fundamental del entorno. Dicen que no, pero claro que influye. La presión mediática y el no ponerse nerviosos cuando no toca. Tan enemigo como el deportivo. Saber encontrar el equilibrio entre el querer y el poder, sin dejar de lado el creer, será fundamental para no desvirtuar una realidad que celebraríamos si el objetivo se cumple.