Elche CF | OPINIÓN
¿Tiempo para invertir o para perder?
No hay mal que cien años dure pero el del Elche CF ya ha con sumido tres meses de sufrimiento. La victoria de Copa del Rey es secundaria cuando has acumulado catorce partidos sin ganar en el curso liguero y eres el peor equipo de toda la Primera División. Sabe a poco, por no decir a nada. Incluso da vergüenza celebrar un triunfo del que no merece la pena escribir una sola palabra que abra la puerta de la ilusión. Pero había que ganar. No haberlo hecho habría teñido de más impotencia una temporada que duele en lo más profundo de cada aficionado franjiverde. Dejémoslo en que había que convertir la lógica en realidad y el Elche CF lo hizo, no sin sus habituales desconexiones defensivas que, por la calidad del rival pasaron más desapercibidas que en una competición de mayor calado.
Superado el trámite, toca pensar en un futuro que no sólo el tiempo, y el dinero invertido, dirá si Christian Bragarnik quiere solucionar la situación del equipo franjiverde. No sé cuánto dinero es “no más de un 20% de la plantilla que tenemos”, pero a tenor del mensaje del propietario franjiverde no apunta a ser el necesario para poder cumplir con la remodelación de plantilla que el equipo franjiverde necesita. Si por cualquier aficionado fuera, pocas cabezas quedarían sin cortar en el vestuario del estadio Martínez Valero. Teniendo como ejemplo de rendimiento, y mejor futbolista de este primer tramo de curso, a Edgar Badía y a Javier Pastore como lo inversamente proporcional, existe un ramillete de jugadores en color gris, cada cual con su tonalidad que quedan en el alambre.
La carta del propietario es un aviso de que el Elche CF va a tener que hacer de tripas corazón y asumir que cuando no se invierte lo suficiente el resultado es insuficiente. Lo que siembras, recoges y la clave del milagro va a estar en los futbolistas que han llevado al desastre al equipo. Seguramente no todos y habrá quien pague los paltos rotos mientras otros se marchen de rositas. Tampoco hay que olvidar que el mercado de fichajes invernal da para lo que da y un equipo no puede tener las respuestas a sus preguntas en un mes de enero que es tan inestable como la situación de los equipos que necesitan enmendar sus errores con el humo de los refuerzos. Y mucho menos hay que olvidar el papelón de querer venir a un equipo que es carne de Segunda División, salvo que el fútbol alinee todos los astros habidos y por haber para dar en los morros a las matemáticas.
El parón va a dar para lo que va a dar. Tiempo hay, sí. Sin duda. Pero tiempo para todo. Para hacer más grande el error o para corregirlo. Para mirar cómo crecen los problemas desde Argentina o asumir las riendas del club en primera persona y dar ejemplo de gestión. Para hacer apuestas firmes o seguir acudiendo al mercado de gangas en el que se ha movido EDT pensando que la flauta suena más de dos veces. Y a todo esto sin entrenador. Que sí, que tarde o temprano llegará, pero que de momento no está y de momento no se ha podido presentar en el vestuario antes de que la plantilla se marche de vacaciones, dejando que el futbolista de vueltas a su cabeza pensando en quién le va a dirigir en la búsqueda del objetivo mientras se toma una cerveza entre amigos. Hay tiempo, sí, tanto para invertirlo como para perderlo.