Un ilicitano en Roma

Elche CF | DESPEDIDA

Un ilicitano en Roma

Gonzalo Villar se despide de la afición del Elche CF pidiendo comprensión ante la decisión de salir del Martínez Valero y agradece la confianza depositada por Chema Monzón y el aprendizaje experimentado con ‘Pacheta’ como claves de su crecimiento

Jerónimo Tormo,

Hay cartas de despedida que dicen más por cómo acaban que por cómo empiezan. La de adiós de Gonzalo Villar a la afición del Elche CF reivindica un sentimiento de pertenencia e identificación con una forma de entender la vida desde el franjiverdismo. “De parte de un ilicitano de corazón… ¡Gracias!”. El centrocampista murciano se lleva del Martínez Valero un corazón forjado entre palmeras y una experiencia vital que, a buen seguro, le va a ayudar a seguir creciendo como el fino jugador que en los últimos meses ha demostrado que puede llegar a ser. Cambiar Elche por Roma no ha sido una decisión fácil de tomar, pero si necesaria cuando alguien no puede apagar el intenso deseo de querer evolucionar en su carrera profesional.

El internacional sub-21 ha crecido a pasos agigantados desde su primera convocatoria con ‘La Rojita’. Muchas han cosas han pasado entre los apenas cuatro meses que van del 4 de octubre de 2019 y el 30 de enero de 2020. Una primera convocatoria que lo cambia todo y da un giro de ciento ochenta grados, no sólo a una carrera profesional, sino a toda una vida. Un cambio tan brusco que cuesta asimilar y ante el que, el miedo al vacío se mezcla con la incertidumbre de la ilusión. Gonzalo Villar lo ha explicado. Con un discurso tan refinado y elegante como muchas veces ha sido su juego sobre el verde. Palabras escritas a las que es fácil ponerles la voz del murciano, porque son la pura esencia de su pensamiento, siempre tan coherente como libre de artificios.

“Me gustaría que intentarais poneros en mi lugar. Nunca me gustó el mercado de enero porque no soy de los que dejan un barco a mitad de camino, pero en la vida uno no sabe si las oportunidades se vuelven a presentar o no”. ¿Quién puede frenar el hambre de alguien? Nadie y menos en el fútbol. “Quiero dar las gracias a la afición por los innumerables mensajes de apoyo que habéis escrito desde que llegué. Y porque me he sentido querido como nadie cada vez que he pisado el césped de nuestro Martínez Valero”. No es el único agradecimiento. Hay más. En segundo lugar para lo que el murciano considera “el verdadero tesoro que tiene este equipo, mis compañeros”. Un grupo de jugadores al que agradece haberle acogido “como a un hermano pequeño, apoyándome cuando lo pasaba mal y aconsejándome cuando todo iba muy bien. De corazón, muchas gracias hermanos”.

‘Pacheta’ y Chema Monzón

Y por último, pero no menos importante (más bien todo lo contrario), agradecimiento a la confianza y la constancia personalizadas en dos figuras, Chema Monzón y José Rojo ‘Pacheta’. Dos entrenadores de los que Gonzalo Villar se lleva la semilla que germina para despuntar en flor. Un mensaje de gratitud hacia quien fue el verdadero artífice de su llegada al Martínez Valero. Un Chema del que el centrocampista le reconoce que “empujaste para que confiaran en mí cuando casi ni yo mismo lo hacía; y que desde los 15 años fuiste casi un padre para mí”. De ‘Pacheta’, tres cuartas partes de lo mismo. “Tú has sido el que me ha convertido en futbolista de Primera, así que ya sabes que te estaré agradecido para siempre, míster”. Un ilicitano que en Roma vivirá una nueva aventura en su carrera deportiva que no ha querido dejar pasar la oportunidad de despedirse “del club más importante de vida, el Elche Club de Fútbol”.

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