Elche CF | CONTRACRÓNICA
Va de marcar goles
Un partido de fútbol está compuesto por muchos mini partidos. Momentos en los que hay que saber entender el juego para poder moldear el resultado. El Elche CF no ha sabido en San Sebastián jugar su partido en ataque. Cuando lo ha intentado se ha quedado sin tiempo y, sobre todo, sin herramientas para poder maquillar el gol encajado cuando se ha derrumbado su muralla.
El equipo franjiverde se ha quedado sin plan. Fiar tu guión a defender, dejando en un segundo plano el aspecto ofensivo, hace que cuando se te emborrona el papel sea difícil limpiar la mancha. Los ilicitanos han hecho una meritoria primera parte en la que han sabido aprender la lección que la Real Sociedad infligió en la primera vuelta en el Martínez Valero. El problema llega cuando todo se juega a una sola carta y la baraja se ha quedado sin ases.
Machín ha sido víctima de su propio planteamiento. Tener a Lucas Boyé, Nteka y Fidel más preocupados en taponar las salidas se balón de Zubimendi que de generar juego ofensivo, es un arma de doble filo. Dicen que el fin justifica los medios pero si el fin no se consigue, en el fútbol los medios no sirven de nada. Es muy difícil ser el Elche CF, más aún este Elche CF, y creer que tú solidez defensiva te va a durar noventa minutos. El fútbol va de marcar goles.
El que juega con fuego se quema y el Elche CF vive inmersos en llamas. Ni ha podido ni ha sabido vivir de sus méritos. Las debilidades se han convertido en algo habitual durante la temporada. Demasiadas como para pensar que no van a asomar la cabeza ante la calidad de un rival que, por muchas barreras que le pongas, tiene suficientes argumentos como para tumbar la puerta abajo y demostrarte que el fútbol es algo más que defender.
Machín lo ha intentado. Al soriano no se le puede cuestionar su planteamiento defensivo, pero es necesario algo más de atrevimiento para ganar en Primera División. La victoria tiene cien padres, la derrota es huérfana. Caminar sobre el alambre tiene un riesgo que para el Elche CF no es asumible en su deficitaria situación. Podrá haber salido, pero no. Es lo único que importa en el fútbol, ganar. Al menos te vas, dicen, con dignidad.