Fútbol sala | OPINIÓN
Objetivo élite, objetivo cumplido
El trabajo tiene recompensa. El Clínica Blasco Joventut d’Elx es de Primera División. El objetivo élite se ha convertido en una meta que el equipo ilicitano ha alcanzado de la mejor manera posible, fiel a su identidad y rindiendo pleitesía a un deporte en el que nunca hay que dejar de creer. No se trata de qué, se trata de cómo. La victoria, y consecuente ascenso, resume el ADN de un club que no ha cumplido nueve años arropado por el cariño de una ciudad por casualidad. Constancia y confianza. Dos claves para escribir la que es, por el momento, la página más brillante de su historia. Sufrir para disfrutar. Una temporada sobresaliente que no merecía un borrón como punto final.
El Clínica Blasco Joventut d’Elx ha recuperado para Elche el legado del fútbol sala femenino. La historia de este bello deporte sigue escribiéndose con las gestas que recuerdan aquellos que han vivido en el Esperanza Lag el cénit del Femesala Elche o las últimas apariciones de Elche CF sala femenino o Bimil.lenari FS. La entidad que preside Esther Menárguez devuelve a la ciudad de las palmeras a la élite por la puerta grande. Un proyecto que es imposible entender sin el calor de su afición. Seguidores que forman una familia escalonada desde la base y hasta el primer equipo. Un proyecto que tiene cimientos sólidos y que podrá ganar, perder o empatar para estar en cualquier categoría pero que nunca renunciará al aroma ilicitano que le ha visto crecer.
El objetivo élite se ha tenido que cocinar a fuego lento. La implicación y tesón de la directiva que encabeza Esther Menárguez, insistente y convencida de defender la causa perdida por el bien de su club; el compromiso y señorío de un banquillo en el que Antonio Ordóñez es la sensatez hecha personas, mal que le pese a quien intenta desprestigiar por algo tan fácil como equivocarse en un mensaje; y el trabajo diario para recoger los frutos fin de semana a fin de semana de un grupo de jugadoras que se merecen todo. Nadie tiene la receta del éxito y muchas veces, para conseguir el éxito hay que crecer desde el fracaso, pero estos ingredientes son un buen inicio para cumplir sueños.
Quien conoce la idiosincrasia de este Club y le ha dedicado horas durante años sólo puede alegrarse de que le pasen cosas buenas y bonitas. Un grupo de mujeres, que nunca deben perder su alma de niña, que reúnen los valores para que cualquier ilicitano se sienta identificado con ellas. Las que pasaron, las que están y las que llegarán. Un ejemplo de supervivencia cumpliendo en la pista y en los despachos que, ahora, nueve años después de poner la primera piedra ha llegado a tocar el cielo de la Primera División. Comparto y celebro todos y cada uno de los ‘felicidades’ y ‘enhorabuenas’ recogidos durante los últimos días pero también espero que se conviertan en apoyo personal desde la grada y ayuda institucional.
Que ojala la próxima temporada el halo de orgullo que ha despertado en Clínica Blasco Joventut d’Elx no se quede en dos días teñidos de color final a lo largo de una temporada. Para llegar a la meta hay que recorrer muchos kilómetros y la carrera del club ilicitano no ha hecho nada más que empezar. Quien quiera postureo que rasque en otro sitio, que en el Joventut d’Elx las cosas están muy claras y toda su familia no va a dejarlo solo nunca, ni en la victoria ni en la derrota. El viaje empieza aquí. Las alforjas están cargadas y a ilusión nadie va a ganar a las ilicitanas. Somos muchos los que creímos, creemos y creeremos. ¡Enhorabuena Jove!