El arte subliminal de la seducción
¿A quién no le gustaría que la persona que le atrae le busque? Hay personas que son muy tímidas para enfrentarlo, esperan a que eso suceda de manera discreta. Llegó el momento de inclinar la balanza al otro lado, de comenzar a ser atractivos a los demás sin que lo noten ¿Cómo? Mediante una técnica subliminal llamada seducción.
La seducción se puede considerar un arte. Algunas personas nacen con esa gracia innata de seducir, pero también se puede aprender y desarrollar. Se define como la capacidad de una persona de envolver y cautivar a otros haciendo uso de su conducta para conseguir objetivos específicos. La seducción es un tema relevante a nivel psicológico, su conexión está basada en que para seducir es necesario dominar habilidades de sociales y de comunicación que necesitan de conocimientos en conducta y desarrollo mental. La imagen que se refleja, las cosas que se dicen o la seguridad que se transmite son componentes claves de la seducción.
¿Cómo aprender a seducir?
No existe un plan secreto o una guía práctica de seducción, sino que esta es una habilidad que se puede adquirir, aprender y desarrollar. Existen técnicas específicas que enseñan el arte de la seducción como las que se encuentran en https://tecnicasdeseduccion.org.
Expertos en psicología afirman que la atracción se genera en diferentes niveles y que para aplicar los métodos de seducción natural se deben conocer cada uno de ellos:
1. Nivel Psicológico: La inteligencia, conducta y pensamiento es la mayor arma de seducción de cualquier persona. Saber escuchar, no juzgar o el interés que se demuestra por conocer a otra persona, demuestra amabilidad y optimismo, características que incrementan el atractivo.
2. Nivel Físico: Gustarse a sí mismos permite irradiar seguridad y confianza, aceptar la belleza natural y las imperfecciones provoca que los demás valores y gusten de todos esos aspectos.
3. Nivel social: Los sitios que una persona frecuenta, donde se desenvuelve, el entorno agradable, positivo y divertido magnifica el atractivo que se refleja ante los demás.
4. Nivel energético: Una trampa de seducción es querer gustar. Eso, al contrario de ser atractivo, aleja a las personas, refleja desespero y genera agobio y rechazo.
Seducir con sentido
La seducción no se aprende teóricamente, mediante un manual, sino que se agudiza con la experiencia. Todo buen seductor, sabe utilizar cada uno de sus sentidos y saca el mejor provecho de ellos, generando atracción, conexión y deseo.
Cada sentido, tiene una función en el arte de la seducción:
La Vista: Aprender a hablar con la mirada, mirar los ojos, la boca, los gestos de la otra persona. Son acciones claves, que generan cierto estado de excitación que provoca nervios y placer.
El Olfato: El buen seductor sabe que un perfume específico deja huellas en la memoria de la otra persona y cada vez que el/ella recuerde ese olor la atracción será inevitable. El mismo efecto surte utilizar velas de olor, esencias aromáticas y cualquier producto de aroma agradable que active el olfato.
El Tacto: Este sentido es más delicado, se debe usar con cuidado. Hay que comenzar por tocarse a sí mismo, jugar con el cabello, rozarse el cuello, tocarse los labios..Todo esto, alimentará el deseo de una caricia en la otra persona, esa caricia se debe hacer para que cuando ocurra los niveles de deseo sean lo suficientemente altos para esperar más.
El oído: Hay palabras que despiertan cierto instinto sensual en las personas, quien quiere seducir debe hacer uso de ellas, en la justa medida, para no sobrepasar la carga erótica de la conversación y provocar un efecto contrario. El tono de voz que se utiliza, también es un instrumento de seducción que permite jugar con el deseo.
El gusto: Desde comer con sutileza, higiene y delicadeza, hasta el sabor de un beso sublime son elementos que incrementan la seducción, a cientos de kilómetros por hora.
Beneficios de la seducción
Para nadie es un secreto que las personas que se sienten atractivas disfrutan de la experiencia de seducir, aprovechando los beneficios de esta:
- Desarrolla intimidad entre dos personas.
- Incrementa las expectativas del juego de las posibilidades, insinuando un mundo lleno de misterio y atracción.
- Disminuye los niveles de ansiedad y genera seguridad.
- Fomenta el conocimiento de sí mismo, permite que se conozca mejor, para hacer uso de sus mayores atractivos.
- Aumenta el nivel de autoestima porque sentirse deseado causa un impacto en la percepción de sí mismo.
- Desarrolla habilidades sociales de intercambio e interacción con otras personas.
La seducción, no necesariamente tiene como fin último la relación sexual. Se trata del juego del coqueteo y del disfrute de las acciones, que conllevan a sentirse atractivo y deseado. No solo se seduce a una persona, se puede seducir a una audiencia o a un pequeño grupo de personas. Aunque, si lo que se pretende es enamorar a esa persona que se desea, el arte de la seducción es un buen camino a seguir.