Los vecinos de la Urbanización Torre Azul en Alicante, soportan ruidos de 100 decibelios
La contaminación acústica que viven los vecinos de la Urbanización Torre Azul de Alicante solo se puede paliar si cuentan con casas insonorizadas, algo que es responsabilidad de los propietarios de las casas e inmuebles que se venden o alquilan.
El asunto viene de lejos pero no por ello es más fácil de sobrellevar. Los vecinos que viven en urbanizaciones y parcelas diseminadas y cercanas al aeropuerto de Altet, entre Alicante y Elche, sufren contaminación acústica y así lo llevan denunciando desde hace tiempo.
Se han dado algunos pasos pero estos siguen sin ser suficientes, ya que los ruidos generados por los motores de los aviones están entre los 50 y los 60 decibelios pero en muchos casos superan los 100 decibelios, como pueden demostrar los vecinos de la Urbanización Torre Azul de Elche, que tienen que soportarlos.
Más allá de la contaminación sonora, el lugar es excelente para vivir, ya que en la urbanización encontramos casas preciosas y también pisos con todos los servicios y comodidades, pero el problema llega cuando los ruidos aéreos invaden la intimidad de los hogares hasta el punto en que no dejan dormir a los vecinos, por eso, los propietarios de los inmuebles de la urbanización Torre Azul, Antes de alquilar las casas deben aislar sus viviendas por los ruidos generados.
La Asociación de Afectados por el Impacto del Tráfico Aéreo representa a más de 200.000 ciudadanos en toda España
Aislar una casa no se considera una pequena reparacion de modo que los gastos recaen sobre los propietarios. Eso sí, estos pueden reclamar al inquilino un 12% del total de la factura, pero solo en los casos en los que estos ya estuvieran viviendo en el inmueble durante un largo periodo de tiempo cuando las obras se deban realizar. En el caso del alquiler no queda otra que insonorizar las casas y dejarlas en condiciones, al igual que a la hora de vender.
Desde la Asociación de Afectados por el Impacto del Tráfico Aéreo, que representa a más de 200.000 mil personas en toda España que tienen que convivir con estos ruidos insoportables y viven cerca de los aeropuertos de Madrid, Barcelona y Alicante, entre otros, tienen claro que los Ciudadanos en la parcelacion Torre Azul sufren ruidos de hasta 100 decibelios y que desde la Asociación llevan adelante las denuncias pertinentes, conscientes de que es muy difícil poder hacer frente al Ministerio de Fomento y a Aena que se sienten respaldados por las normativas generales y es muy difícil denunciar irregularidades a estas.
Por el momento el Alto Tribunal ya fijó los límites del ruido aéreo en la Comunidad de Madrid que los sitúa entre 50 y 60 decibelios durante el día y 45 a 50 decibelios por la noche, aunque otra cosa es el ruido real que generan los aviones y que puedan medir los vecinos, que supera en mucho estos márgenes.
Falta grave al alquilar la propiedad sin comunicar los ruidos del aeropuerto a los futuros inquilinos
De momento, los propietarios de casas en los lugares afectados por el ruido de los aviones que forman parte del mapa aéreo incurren en Falta grave al alquilar la propiedad sin comunicar los ruidos del aeropuerto, porque se dan muchos supuestos en que los vecinos alquilan las propiedades sin conocer las peculiaridades del lugar.
En este maremagnum de cosas se han llevado a cabo Ventas y alquileres engañosos, ya que los nuevos inquilinos de los inmuebles deben de saber que al residir en ellos van a pasar a formar parte de estas más de 11.000 personas que ocupan las más de 4.000 viviendas diseminadas entre Elche, Alicante y otros núcleos cercanos, expuestas a los ruidos de los aviones que llegan y salen de El Altet, un aeropuerto con una gran actividad que cuenta con más de 9 millones de pasajeros al año y lleva a cabo casi 80.000 operaciones anuales.
La situación es más que compleja y mientras desde la Asociación de Afectados por el Impacto del Tráfico Aéreo se están dando grandes pasos, también desde esta reclaman la participación activa y real de los afectados para hacer más fuerza conjunta.
Los tribunales han resuelto a favor de los afectados denuncias sobre cómo el ruido aéreo a afectado a su salud
Porque además de estar expuestos a los accidentes aéreos y a las contaminaciones sonoras y químicas, estos vecinos están poniendo en riesgo, día a día, su salud.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) sitúa en los 70 decibelios el ruido máximo que puede soportar un ser humano, aunque cuando se trata de soportar continuamente ruidos de menos decibelios también se está siendo víctima de contaminación acústica.
Este tipo de contaminación afecta directamente al oído, pero además se ceba en el sistema endocrino y nervioso generando un alto índice de ansiedad que se traduce en malestar y frustración constantes, irritabilidad, falta de concentración, fatiga, abatimiento, episodios violentos y un largo etcétera de síntomas.
Mantener el estrés y la ansiedad siempre altos expone a las personas a poder tener más fácilmente problemas cardiovasculares y otras enfermedades, al tiempo que incide en las relaciones personales, puesto que es más difícil manejar la ansiedad y el estrés.
La legislación actual es insuficiente para proteger la salud y los intereses personales frente a los industriales y este tema debe de seguir trasladándose a la opinión pública y llevarlo a las altas instancias de las Administraciones, porque los vecinos como los de la Urbanización Torre Azul en Elche y demás afectados en todo el país denuncian estar viviendo en un infierno.
Solo los que tienen la casa bien insonorizada pueden vivir al margen de esta agresión sonora exterior que afecta su descanso, algo que deben de tener muy presente los propietarios de los inmuebles que quieran vender o alquilar.