Borrón y cuenta nueva
Dicen que no hay mal que por bien no venga. El Elche CF probó el sábado, en sus propias carnes, a qué sabe que te ganen con tu propia medicina. No es la primera vez, pero si quizás la más dolorosa porque, más allá del poderío físico y táctico de un rival como el Real Zaragoza (que está llamado a ascender por la vía rápida), se queda clavada la espina de haber permitido a los aragoneses llevarse el botín del Martínez Valero, merced a errores propios. La derrota no debe ser las ramas que impidan ver el bosque. A veces un paso atrás sirve para coger impulso y, más allá de que duele ver cómo te superan, el equipo franjiverde debe hacer borrón y cuenta nueva para seguir mirando hacia adelante.
Perder ante el Real Zaragoza no empaña en absoluto todo el trabajo que se está haciendo. Duele, como es lógico y normal, y eso es bueno. Incluso me gusta que escueza porque significa que, aunque el mensaje que siempre se envía de puertas hacia fuera es la permanencia, el grupo es ambicioso y se rebela contra las derrotas. No las asume como algo propio de la superioridad deportiva y económica de un rival que toca la puerta de la Primera División. Decir esto no choca contra el discurso de la salvación, lo engrandece. Siempre he mantenido mi convicción en que todo lo que se reste a los cincuenta puntos para conseguir la salvación, se suma para engordar la cifra hacia el playoff de ascenso.
El mensaje de ‘Pacheta’ no tiene fisuras cuando se trata de sacarle del raíl del objetivo principal. El pasado jueves, el burgalés se atrevió a soñar. Dejó volar la imaginación y la ilusión. Sin renunciar a los matices de la prudencia, el entrenador franjiverde pintó en su rostro una sonrisa al hablar de una victoria, cuarenta y tres puntos, que en mitad de febrero coloque al Elche CF en la polposition del grupo de equipos que tienen hambre por conseguir algo más que la simple salvación. El sábado el fútbol despertó ante los atisbos de grandeza de un equipo, que si los tiene es porque se ha ganado el derecho a, al menos, poder imaginarlos. Lejos de tirones de orejas, la derrota del sábado demuestra que lo que están haciendo ‘Pacheta’ y sus futbolistas no es fácil.
Es ahora cuando cobra mayor importancia la hoja de ruta que se traza de puertas hacia afuera del vestuario. Decía Gonzalo Verdú tras el partido que la derrota ante el Real Zaragoza es un traspié ante el que ahora se debe volver a iniciar una nueva racha victoriosa. El cartagenero tiene la razón de la experiencia y el sentido común. Pensar que todo lo que se ha hecho bien hasta el momento se esfuma de un plumazo como si no hubiera un pasado, tan bueno como malo en ocasiones, al que agarrarse para seguir creyendo en este Elche CF es de necios. Cuando el vestuario ha insistido en tener los pies en el suelo es por este tipo de situaciones. Un equipo puede perder ante cualquier rival, lo que no puede permitirse es el lujo de perder de cualquier manera. Este Elche CF pierde con la cabeza alta y eso es un aval para creer en que se las derrotas se aprende más que de las victorias.