Crecer, crecer, crecer y volver a crecer
No sé a tí, pero a mí este Elche CF me está enamorando, con sus virtudes y con sus defectos. El Elche CF que sucumbe contra el CF Fuenlabrada, se levanta en Alcorcón con juego pobre y mejores sensaciones en Oviedo y A Coruña, el que da la campanada en Girona y se hunde en Huesca y contra Extremadura UD; el que lleva seis jornadas imponiendo su ley sin perder y es capaz de dejarse empatar en La Rosaleda y llevarse parte del botín del Ramón de Carranza. El Elche CF que representa e identifica un sentimiento de superación en donde se puede ganar, perder y empatar pero el esfuerzo es innegociable. Todos los que han saltado al terreno de juego de la primera a la última jornada disputada. Todos, con sus fallos y aciertos. Todos.
Un equipo que evoluciona y crece para caminar hacia la meta de la permanencia pero, que si tiene que coger carrerilla cuando vea asomar la cifra de cincuenta puntos, no tengo ningún tipo de duda de que va a dar un paso al frente para, al menos, intentarlo. ‘Pacheta’ lo ha vuelto a hacer. Esta temporada con menos mimbres y menos tropiezos. Con una línea de constancia y trabajo diario que ha vuelto a dar sus frutos. Quizás la temporada pasada costó más alcanzar una velocidad de crucero que hiciera que el Elche CF olvidará los agobios de la permanencia pero no hay que olvidar que en la presente lo que era un proyecto se convirtió en otro en cuatro meses y seis después ha vuelto a mutar.
Siempre he tenido una pregunta que me ha rondado. ¿Está capacitado el Elche CF para equipararse con rivales que pelean, por obligación, por objetivos más ambiciosos que la simple permanencia? La temporada pasada, con la salvación en el bolsillo, el equipo franjiverde pudo comprobar en sus propias carnes que no. Que su nivel de ilusión estaba por debajo del listón que marcaban conjuntos que con mucho menos conseguían más. Que quizás faltaba ese puntito que marca la diferencia y que, una vez el entrenador burgalés, calificó como ese “muchito”. Qué importante es ese “muchito” y qué importante es crecer y evolucionar. Madurar y no estancarte adaptando el repetido lema de Luis Aragonés de “ganar, ganar, ganar y volver a ganar” por el de “crecer, crecer, crecer y volver a crecer”.
Cádiz ha respondido mi pregunta. No creo que sea un partido puntual cuando el Elche CF suma seis jornadas consecutivas sin conocer la derrota, se ha convertido en uno de los equipos a temer cuando sale del Martínez Valero por efectividad ofensiva y seriedad defensiva, y sus jugadores llaman la atención de equipos más potentados en Segunda División. Tampoco creo que lo del Carranza deba cegar porque, si hablamos de momentos puntuales, tampoco marcan mis respuestas ni las cosas buenas ni las cosas malas como las vividas en El Alcoraz ante el SD Huesca. Pero, puestos a elegir y puestos a responderlas el equipo, es para disfrutarlas cuando se habla sobre el terreno de juego.
El empate sin goles de ayer deja muchos matices que sumados uno tras otro dejan atisbos de lo que está siendo este Elche CF. El equipo lució sobre el césped con criterio y firmeza, demostrando que la madurez que ha adquirido durante estos más de cuatro meses de competición no es fruto de la casualidad. A veces ha merecido más, y otras no tanto. No todo es fruto de la efectividad y, aunque tengas que acabar pidiendo la hora en el Carranza porque te diluyes es ley de fútbol ante el empuje de un equipo que está barriendo en Segunda División desde lo más alto de la clasificación. Este elche CF convence pero no por una buena tarde, lo hace por una evolución que refuerza su idiosincrasia para que su identidad se refuerce cada fin de semana.