Opinión | ELCHE CF
El laberinto de Segunda División B
El Elche CF empieza a conocer Segunda División B. Más allá de la teoría de los tópicos (no hay rival pequeño, no se debe perder la humildad, en el fútbol todo partido es difícil…) los franjiverde han encontrado en sus dos últimos partidos las verdaderas dificultades con las que van a tener que pelear durante esta temporada para volver a Segunda División. Hace siete días, el equipo de Vicente Mir comprobaba en sus propias carnes lo caros que pueden costar los errores propios, tanto como para perder dos puntos, y el sábado en Sagunto, los franjiverde se encontraron con el mejor ejemplo de qué es un campo de césped artificial, de dimensiones reducidas, y un rival pegajoso.
Dos conceptos basados en lo propio y lo ajeno que han hecho al Elche CF de Vicente Mir perder cuatro de los últimos seis puntos en juego. Tampoco es preocupante, menos aún cuando el punto en tierras valencianas es el lógico. El que chirría es el logrado ante el Atlético Baleares en un Martínez Valero en el que, aunque es imposible ganarlo todo, si no se consigue la excelencia, al menos hay que rozarla. Cuando no se puede ganar, mejor no perder. El concepto lo tiene claro el conjunto franjiverde y así lo demostró sobre el estropeado verde artificial de Morvedre.
Paciencia y tranquilidad. No se trata de cómo se empieza, se trata de cómo se acaba y la carrera de fondo que va a suponer esta categoría de bronce del fútbol español va a dar cornadas a todos los aspirantes al ascenso. Cada equipo barre hacia su esquina y los puntos se van a tener que sudar tanto que, incluso las dudas van a aparecer, desaparecer y volver a aparecer en treinta y ocho partidos. El objetivo es tan claro como difícil de conseguir pero el Elche CF debe tenerlo tan claro como decidido. Queda tanta Liga como laberinto de esta Segunda División B por recorrer en donde se necesita mapa y brújula para llegar al destino.
Tropezar está permitido siempre que uno sepa levantarse. El partido ante los Atléticos (Baleares y Saguntino) también deja cosas positivas, desde la reacción ante lo ofensivo como la fortaleza ante lo defensivo. Dos caras de una moneda que el Elche CF, por plantilla, debe saber aplicar en cada encuentro para sacar la mayor tajada posible. Potencial hay de sobra y dos empates consecutivos no son suficientes para encender una luz de alarma que, a día de hoy, está injustificada. Eso sí, tampoco juguemos con fuego que el rival a batir ya ha pisado el acelerador, y eso que dicen allá por donde vas que los franjiverde tienen mejor equipo que los bermellones…