Menos palabras y más hechos
Consejo de Administración del Elche CF y Skyline International siguen tensando la cuerda. Dirigentes e inversores aseguran tener la solución a los problemas económicos del club del Martínez Valero pero ninguno da un paso al frente. Nadie se atreve a acreditar y demostrar su solvencia como mejor golpe encima de la mesa. Hacerlo, más allá de reforzar su figura en la parcela de la credibilidad, minimizaría la de su ‘rival’ en la lucha por hacerse con el control del club. Los comunicados vacíos de soluciones se suceden uno tras otro en cada bando mientras las trabas no dejan de aparecer en la partida de Alzabares. Paralelamente, los intereses personales y los de la entidad del Martínez Valero se entrelazan como si de una sopa de letras, sin página de soluciones en el reverso, se tratara.
El problema del Elche CF es de dinero y los problemas de dinero se resuelven con dinero. Ni con ilusiones ni con palabras, con dinero. Confiar en la solución que puedan aportar aquellos que representan a los que condujeron al Elche CF a su actual situación, o en aquellos que aparecen de la nada sin convertir en práctica su teoría, supone realizar un ejercicio de fe de la que el entorno franjiverde carece por algo tan coherente como la experiencia. Nadie, absolutamente nadie, está dispuesto a creer en promesas. Ni tan siquiera en hechos avalados a largo plazo. Quien quiere, quien ama, quien vive y muere por el Elche CF está harto de la mediocridad en la que ha caído su día a día.
Dicen que no hay mal que 100 años dure, pero el del Elche CF se está enquistando en tan sólo uno. En poco más de 365 días, la situación franjiverde es la misma, o peor, que la que heredó de las etapas de José Sepulcre y de Juan Anguix al frente del sillón presidencial. El paréntesis de maquillaje de Juan Serrano ha dejado paso a la apestosa realidad que se respira en un Martínez Valero con los despachos sin ventilar. Nada cambia por mucho ímpetu que el actual consejo de administración quiera poner a sus mensajes. A las casitas se juega con dinero. La cotidianeidad franjiverde es fruto de un concurso de acreedores que por empezar, empieza tarde, y por una situación deportiva que deja tantas dudas como la económica.
Nadie creía que un club de fútbol podría descender por la vía administrativa, de Primera a Segunda, por no hacer frente a tres millones de euros bajo orden de la LFP. Se negó y contra negó la posibilidad, se hicieron oídos sordos y se miró hacia otro lado… el Elche CF descendió. ¿Es imposible que un club de fútbol sea liquidado por la vía administrativa, bajo orden de la Unión Europea, por no pagar cuatro millones de euros? La pelota está en el tejado de un consejo de administración que tiene la responsabilidad de cargar con el peso de la historia si no quiere pasar a la hemeroteca como el causante de la muerte del Elche CF.Ellos cerraron la puerta a una supuesta inyección económica de un posible inversor, que nunca sabremos si era realidad o fantochada, ellos son los que deben poner la solución sobre la mesa con menos palabras y más hechos.
La historia del Elche CF merece respuestas y soluciones. Los mensajes alarmistas de nada sirven si su receptor hace oídos sordos. El problema franjiverde es de todos pero más de aquellos que tienen la solución en su mano y, por activa o por pasiva, no la ejecutan. Perder 93 años de historia supondría la confirmación del fracaso de una ciudad con el potencial de Elche tras el del pasado verano, perder al Elche CF significaría la mayor mancha de vergüenza para una sociedad que ha reído y ha llorado al amparo de su club a la sombra de Altabix y Martínez Valero. No es sólo problema de Instituto Valenciano de Finanzas y valencianos, es problema de accionistas, abonados, y aficionados. Franjiverde e ilicitanos. Todos. Lástima que entre todos no nos pongamos de acuerdo