Paren los Juegos Olímpicos, por favor
El Comité Olímpico Internacional ya tarda en pronunciarse de manera definitiva sobre la suspensión y aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Aunque el COI ha empezado a mover ficha con una intención ambigua, que demuestra la cantidad de intereses que giran en torno a la cita asiática, es de recibo mandar un mensaje claro y rotundo a los centenares de atletas que, durante cuatro años llevan trabajándose un puesto en la fecha cumbre del deporte mundial; lo primero es vuestra salud.
Cuesta entender que eventos deportivos como Eurocopa o Copa América, en fútbol, hayan sido trasladados de fecha sin temblar el pulso, que competiciones que mueven tantos euros y pasiones, como la Champions League, tengan que buscar acomodo junto con los torneos domésticos, que las propias citas preolímpicas, como la de balonmano femenino, protejan la seguridad de los deportistas o que citas tenísticas y automovilísticas tan arraigadas como Roland Garros o un Gran Premio (en este caso de Azerbaiyán) se muevan en el calendario; pero los Juegos Olímpicos aún no hayan tomado una determinación tan clara como sencilla de explicar.
Qué sí, qué sí; que todo es cuestión de dinero. Está, o creo que está, claro; pero, aquí ¿lo importante no es la seguridad del deportista? Si partimos de esa base, creo que sobran los tiempos para tomar las decisiones porque la solución está clara, sin necesidad de tomarla. Tampoco soy quién para dar lecciones cuando hay tanto en juego, pero si para opinar y, desde el sentido común, expresar una línea que, cada día que se tarda en enderezar, es un día perdido. Supongo, o quiero suponer, que las cuatro semanas para comunicar el aplazamiento son ya con una decisión firme sobre la mesa y el resto es papeleo y postureo. Otra estrategia no dejaría en buen lugar al COI.
No sólo se trata de la salud del atleta, se trata de la salud de la competición y el carácter idealista de una cita que nació hace siglos con el propósito de la luchar y pelear en igualdad de condiciones. ¿Cómo van a hacerlo deportistas que tienen que trabajar en sus casas, lejos de sus entrenadores y medios naturales, sin la alimentación y las horas correctas y con la incertidumbre de saber que pasará en medio de una crisis sanitaria, que en forma de pandemia está golpeando al mundo? No es de recibo. Lo sé yo, lo sabes tú y lo saben ellos.
El fútbol español por ejemplo, ya ha hablado claro. Competición suspendida hasta nueva orden sanitaria, y eso que les costó entenderlo jugando al gato y al ratón, LFP y RFEF, que si primero a puerta cerrada, luego me reúno y al final tengo que decidir por imperativo legal porque el Gobierno es tan lento a la hora de tomar decisiones como la acción reacción, ante las cuestiones económicas, que evidenció Javier Tebas amparándose en lo que el convenía, porque le convenía, del mensaje inicial gubernamental, seguir jugando sin aficionados en la grada. "La salud y la seguridad está por encima de todos" dice el COE que lo deja claro "cuanto antes, y en beneficio de los deportistas, se pueda conocer la fecha definitiva; mejor". Paren los Juegos Olímpicos, por favor.