Opinión | ELCHE CF
Perdidos en el día de la marmota
El Elche CF de Alberto Toril vive como Bill Murray en ‘Atrapado en el tiempo’. El conjunto franjiverde está condenado a empezar de cero, fin de semana tras fin de semana, perdido en un eterno día de la marmota, y lo que es peor, sin visos de mejorar. Los ilicitanos han ido involucionando y degenerando con el paso de las jornadas, protegiéndose en el ingenuo mensaje del ‘todo está bien’ y del que muchos se han contagiado, cegados por no saber, o no querer, mirar de frente a la realidad o simplemente por llevar la contraria, mamando de una epopeya de marca blanca.
Decía Pablo Hervías la semana pasada que a Alberto Toril se le quiere matar. Discrepo, el entrenador del Elche CF se empeña jornada tras jornada en hacerse el harakiri deportivo. Lento o temeroso a la hora de tomar decisiones, desacertado en sus planteamientos, con una gestión de vestuario que le ha costado más de un disgusto y con un mensaje contradictorio que queda al desnudo con el paso de las semanas. Toril se ha convertido en el blanco de la diana de aquellos que quieren al Elche CF, por encima de las personas, por méritos propios. Nadie quiere matar a Toril, lo que se desea es un Elche CF que pueda vivir.
El cordobés ya no tiene excusas. O gana en Valladolid u otro tendrá que recoger el envenenado regalo de sacar al equipo del lío en el que el entrenador lo ha metido. Zorrilla es un ultimátum y el andaluz lo sabe porque así se lo han transmitido. Ya no hay lugar a la especulación ni opciones de jugar al despiste. Las sensaciones de Toril han acabado por aburrir a un consejo de administración que bien haría buscando, más allá del resultado del sábado, otro entrenador que asumiera las riendas porque el cordobés ha demostrado de manera suficiente que no está capacitado.
Pero no todo es culpa del andaluz. El ‘todo está bien’ que rige como primer mandamiento el ‘torilismo’ ha contagiado a unos dirigentes que han encontrado en el cordobés su mejor paraguas. Unos directivos que han pecado de vivir absortos en el día de la marmota de su entrenador. Dejar en un rincón, apartada de tu libreta de tareas, la parcela deportiva es lo que tiene; cuando menos te lo esperas aparece el problema que creías que nunca ibas a tener. La parsimonia de Toril en el terreno de juego es proporcional a la dejadez con la que Diego García y sus consejeros, alguno incluso ha abogado por la renovación demostrando su criterio futbolístico, han tratado el futuro deportivo del Elche CF. Interesados más en temas monetarios se han olvidado de que un club de fútbol vive principalmente del fútbol. Pobre Elche CF…
Tampoco me olvido de los que han maquillado y edulcorado la situación franjiverde de manera sistemática e intencionada. Entiendo a aquellos que viven en la comodidad de pasar del blanco al negro y del negro al blanco, como una veleta se rige por la dirección del viento, para ahora subirse al carro por detrás. No queda otra. La crítica a un entrenador va de la mano de sus resultados y los del Elche CF, a día de hoy, son tan pobres como no haber logrado enlazar en treinta y cuatro jornadas dos victorias de manera consecutiva. Toril es el entrenador del Elche CF hoy, mañana lo dudo. Yo defiendo al Elche CF hoy y mañana porque el Club está por encima de las personas. No caigamos en la borrachera de las sensaciones…