Pero la culpa siempre es de otro

El Elche CF navega perdido rumbo a Segunda División B. El equipo vive bloqueado mental y físicamente en un bucle de sensaciones que partido tras partido se repiten sin poder corregir. Los franjiverde tocan fondo cada fin de semana y la derrota ante el colista Mirandés por 0-1 plasma la realidad de un club muerto en los despachos y en el césped. Hoy me cuesta mucho hablarles a través de este editorial porque hoy no tengo respuestas a sus preguntas. Siento que el entorno ha activado el modo autodestrucción y que, a pesar de que queda un mes de temporada, va a ser un mes de desilusiones, tristeza y desesperación.

Cómo han cambiado las cosas desde aquel Elche CF de Fran Escribá que estuvo un mes ascendiendo, fin de semana tras fin de semana, y que ahora parece que va a estar ese mismo mes descendiendo día tras día. Ese Elche de Alberto Toril, de José Luis ‘Chuti’ Molina, de Diego García pero sobre todo de José Sepulcre. No se confundan, nunca se fue, siempre estuvo y lo que es peor no quiere irse. Haciendo y deshaciendo, manipulando, tergiversando y gestionando. El Sepulcre de siempre, cegado de odio que no tiene problemas en anteponer su interés personal por encima del Elche CF.

Hoy Skyline International ha confirmado lo que les contaba el pasado 25 de abril, que sabía que tenía que pasar por caja para entrar en el Elche CF, aceptando el chantaje y el peaje de Sepulcre, que sabía que tenía que pagar el impuesto revolucionario que diera libertad al club franjiverde, que sabía que Sepulcre le marearía como mareó a Paco Borja para acabar mirando por su bolsillo. Mientras, los que más hablan, y menos dicen, se encargaron de tapar al presidente en la sombra de este club, el problema es que la verdad no se puede tapar porque siempre sale a flote, siempre. Con José Sepulcre bajamos a Segunda División y con José Sepulcre bajaremos a Segunda B, si no lo remedia un milagro, pero la culpa siempre es de otro…