Puzle para crecer
A la octava va la vencida. Jorge Almirón ha medido y ha marcado los tiempos de una manera milimétrica para que su Elche CF se vaya construyendo a su imagen y semejanza, sin prisa pero sin pausa, y, sobre todo, disfrutando las alegrías y reciclando las tristezas deportivas que el fútbol le ha propinado durante los dos últimos meses. La carrera hacia la meta que suponen los treinta y ocho partidos que el conjunto franjiverde va a realizar esta semana ha tenido dos puntos clave para el técnico argentino. Como si de paradas para el avituallamiento se tratara, los parones por compromisos internacionales han sido los puntos de inflexión para un grupo de jugadores que los ha sabido explotar en su trayecto hacia la permanencia.
El primer periodo de recapacitación hizo que los ilicitanos ganaran en conceptos tácticos, ya con los refuerzos y la plantilla completa, para dar el paso al frente que requería la Primera División. El sistema con cinco defensas atrás ha sido la licencia que se ha permitido un Jorge Almirón que nunca ha renegado de su clásica línea de cuatro en retaguardia pero, que debido a las circunstancias, ha obligado a tener que hacer de tripas corazón. Si encima la propuesta te sale bien y no hay por qué cambiarla hasta que quede totalmente exprimida, miel sobre hojuelas. Sin embargo, la evolución es necesaria y más en un deporte como el del fútbol en una categoría de élite porque aquí nadie se queda parado.
El segundo parón por compromisos internacionales ha sido la eclosión del nuevo Elche CF a corto, medio y largo plazo. Incluso sin tener a los futbolistas idóneos para el puesto, Almirón no ha tenido dudas. Ahora o nunca. El momento para trabajar y preparar con la máxima cantidad de entrenamientos posibles algo tan importante como cambiar el esqueleto de un equipo. Apostar por una línea de cuatro es dar un paso al frente para que cuando la plantilla esté toda disponible y libre de enfermería afianzar el sistema de juego que el sudamericano siempre ha querido para su Elche CF. Si sale bien, el dibujo se queda; pero si sale mal pasaría como con el amago ante el Huesca en donde los franjiverde tuvieron que dar marcha atrás y hacer borrón y cuenta nueva.
Almirón quiere, otra cosa es que pueda; reflexionaba el pasado viernes. Hoy lunes, Almirón quiere y ha podido. El argentino abre una puerta de posibilidades para el conjunto franjiverde salga de la monotonía y la complacencia que podía suponer convertirse en previsible con una sola alternativa de juego sobre el tapete. El técnico no podía esconder tras el empate, y sobre todo la buena imagen en la segunda parte, la satisfacción de que el trabajo semanal se traduce en puntos en el césped durante el partido. Conforme es la palabra. Quizás corta para lo que implica tener que darle un giro de tuerca a un sistema de juego, pero si sale bien y además das el paso al frente seguro que a Almirón el sabor de boca que se le ha quedado es de esperanza e ilusión en que este Elche CF todavía puede dar mucho más.