Opinión | ELCHE CF
Remover el árbol
Dicen que uno sólo valora lo que tiene cuando lo pierde. El Elche CF no ha tenido que llegar a tal extremo pero, los dos toques de atención que ha recibido en las dos últimas jornadas (que podrían haber sido tres si no es por el acierto de ‘Nino’ en Lugo) bien le valen para asimilar aquello que decía ‘Pacheta’ en Tenerife no hace mucho de “nos dicen que somos muy altos y muy guapos…” para cortar el vuelo de los pajaritos que revolotean por las mentes más osadas. El halago debilita, no sé si más o menos que la crítica, pero entra suave untado de vaselina. “Cuando empezamos a pensar en cosas distintas, aunque sólo sea en nuestro interior, pues no pasa esto”.
El burgalés no quiere que el ecosistema que ha modelado a golpe de cincel durante estos más de seis meses de competición se le venga abajo. Situación, acción, reacción. Revolución en la alineación, aunque de los cinco cambios del pasado domingo tres hayan llegado por imperativo en forma de sanción y lesión, para dar un giro de timón a un rumbo que empezaba a enroscarse en una peligrosa espiral de la que era mejor salir cuanto antes, fuera cual fuera la fórmula para reconducir el camino. Remover el árbol como solución a los problemas. Una catarsis que al Elche CF le ha venido como agua de mayo en el inicio de un mes de marzo que estaba dejando extrañas sensaciones.
Todos conocemos las ventajas de repetir de manera sistemática un once titular, o al menos darle forma con una base en la que los cambios estén contados. Pero, ¿cuáles son las desventajas? El equipo se rearmó ante el CD Numancia, con cinco caras nuevas de inicio, pero ‘Pacheta’ se reinventó con el claro mensaje de ‘que aquí no se duerma nadie’. Es la primera vez en los que llevamos de temporada en la que el equipo franjiverde sufre una mutación tan importante (insisto y recuerdo siempre las tres bajas que se arrastraban) sin los matices de tener que reversionarse por la exigencia de jugar tres partidos en una semana.
A grandes males, grandes soluciones. ‘Pacheta’ avisó, cumplió y acertó. El burgalés no sólo varió un once, también una forma de interpretar un partido con una unidad B que demuestra que, cuando salta al terreno de juego, compite y cumple para sacar las castañas del fuego. La fuerza del lobo está en la manada. Ayer fueron Josema, Manuel Sánchez, Escriche y Jonathas. Cuatro jugadores, hasta ahora con menos minutos (por sus circunstancias) respecto al resto del grupo; y no sólo cumplieron sino que fueron los más destacados del partido en clave franjiverde. Una declaración de intenciones y una respuesta más que positiva a un planteamiento arriesgado en el que, remover el árbol, muchas veces ayuda a recoger más frutos de los esperados. Una triunfo en el que la reivindicación de lo individual enriquece el crecimiento grupal.