Se busca organizador
El Elche CF tiene un serio problema con la organización de su juego. El equipo ilicitano no tiene un creador definido que, más allá de momentos puntuales de los partidos, permita a los franjiverde recuperar la fluidez y comodidad que lucían con la presencia de Gonzalo Villar sobre el césped. Los partidos en Segunda División se decantan de un costado u otro por detalles y el que está ‘regalando’ el Elche CF en los últimos encuentros más que detalle es detallazo. Demasiado relevante como para pasar desapercibido para el grueso de conjuntos de la categoría que saben qué tienen que hacer si quieren ganar el partido. Sobre todo, porque el problema va más allá de lo individual hasta convertirse en estructural. Un puesto en el sistema que da forma al modelo, tan fundamental como para que, todo lo que gira alrededor, sufra como cuando interpretas mal una nota de la partitura.
La forma de jugar del equipo franjiverde ha cambiado sin el actual centrocampista de la AS Roma. Con Gonzalo Villar, ‘Pacheta’ tenía un mediocentro creativo por el que encauzar el juego, romper líneas y desatascar partidos. Con Nuke, el burgalés ha perdido en calidad y, aunque haya ganado en potencia, de nada sirve la fuerza sin no está controlada. No se trata de señalar al franco congoleño, que hace lo que se le encomienda en cada partido, se trata de que este Elche CF tiene que reinventarse, al menos hasta la llegada del que parece es el salvavidas en la medular, Víctor Rodríguez.
Con Iván Sánchez sucede tres cuartas partes de lo mismo. A modo de parche, o puntualmente, claro que el extremo puede ser un recurso válido para hacer funcionar la sala de máquinas pero sólo de manera ocasional. Primero, porque pierdes a una de tus mayores bazas ofensivas en una posición en la que no luce; y segundo, porque el jienense no es organizador, y las exigencias del puesto reflotan las carencias del futbolista, acostumbrado a espacios más reducidos, con movimientos explosivos y una conducción de balón que, abusando de ella en la medular, se convierte en un riesgo que no se debe asumir en la zona de creación de un equipo.
Quizás todos estos detalles, resumidos en tres párrafos, sean los que realmente preocupan a ‘Pacheta’, más allá del discurso post partido en el Heliodoro Rodríguez López. Veo más normal que el burgalés se sienta intranquilo por saber que ha perdido a un organizador top de la categoría, y no tener un recambio específico mientras espera a otro que tampoco lo será, y no tener una solución a largo plazo con la que el equipo pueda disputar el último tercio de competición liguera con garantías de conseguir los cincuenta puntos, tarea que la propia inercia de la temporada debe hacer alcanzar, y después pelear por un playoff de ascenso a Primera División que, a tenor de la evolución de los equipos, no va a permitir deslices en forma de detalles.
La forma de jugar de este Elche CF ha cambiado. Guste más o menos. No se trata de modelo, se trata de prestaciones de los futbolistas en un sistema para interpretar ese modelo. Ni es lo mismo que Nuke o Iván Sánchez (veremos en un futuro Víctor Rodríguez) sustituyan a Gonzalo Villar; ni mucho menos que Pere Milla haga las veces de Yacine, mientras Jonathas de Jesús recupera el tono físico y competitivo. Porque lo de la punta de lanza es otra que no puede pasar desapercibida. Este Elche CF intenta vender peras cuando antes vendía manzanas. El mercado es el mismo, el precio también, pero el producto es diferente y eso, quieras o no, se nota. El primero, ‘Pacheta’. El burgalés no es tonto y seguro que cruza los dedos esperando que el tiempo le reordene las piezas, mientras, debe ser el burgalés el que busque una nueva fórmula, quizás el 4-1-4-1, para reinventar por enésima ocasión a su Elche CF.